Sábado 29 de mayo de 2010
ver hoy
Quiero empezar reconociendo la gran labor que cumplen las madres bolivianas, sabias y llenas de amor, paciencia, cariño, dulzura, tolerancia y sobre todo de ese algo que les hace seres sublimes.
Una madre es una persona que no mide tiempo ni espacio para apoyarnos y protegernos, no mide esfuerzos pues lo da todo desde que nos concibe, hasta que somos profesionales y aún más allá.
Están en el mundo, para dar amor, pero también para guiarnos y enseñarnos el camino del bien, y a diferenciar las cosas buenas de las malas, para que podamos elegir con conciencia.
Una madre jamás actúa con la intención de dañar a su hijo o hija, y si alguna vez se equivoca de seguro que fue un error involuntario, pues sólo pretende hacer lo mejor por ese ser al que le dio la vida.
Su amor es tan grande que le permite presentir cuando su retoño está en peligro, su paciencia es enorme pues las veces que sea, estará ahí para levantarnos cuando caigamos.
No existen palabras para expresar el amor y el agradecimiento eterno que los hijos sienten por su madre, sólo esperar a estar ahí para ti cuando nos necesites, como tú lo hiciste. ¡Mil gracias Mamá!
Fuente: LA PATRIA
