Un negocio ilegal pero formal

No se trata de crear condiciones apropiadas para legalizar cierto comercio formal, institucionalizado por la fuerza avasalladora de una corriente que año que pasa se consolida con más fuerza y en mayor espacio, generando situaciones de evidente daño a la industria nacional, pero, según algunas autoridades aliviando de sobremanera el alto índice de desocupación laboral.

Es fácil colegir para muchas personas que se trata del contrabando, pero en este caso además del negocio de venta de prendería usada, que no es otra que la también identificada como "ropa américana" a medio uso que satura los mercados, propiamente de todo el país y que se mueve en un gran centro mayorista, que resulta el distrito de Oruro, incluyendo la ciudad.

En el análisis de la problemática emergente del crecimiento desmesurado del comercio ilegal, se pudo apreciar los daños que ésta situación ocasiona a las empresas textiles de manera principal, pero también al comercio legalmente constituido que debe lidiar con una competencia formalmente institucionalizada y alentada indirectamente desde los niveles oficiales, al dejar sin cumplimiento las normas de control que eviten el negocio de vender ropa usada introducida por la vía del contrabando, pero también de ropa china barata importada legalmente.

El problema socio laboral, se convierte en un factor de características especiales en la problemática del empleo, pues se trata de miles de personas alineadas en la informalidad, pero trabajando bajo una disimulada legalidad, que no ocasiona conflictos, salvo cuando se anuncia su reducción o liquidación, por lo demás se trata de un conglomerado social pasivo, aunque en la misma proporción porcentual de un masivo grupo evasor de impuestos.

Ya en ese tiempo pasado de preocupación por el avasallamiento de la ilegalidad formalizada, las organizaciones empresariales trabajaron en la preparación de un documento de recomendaciones a las autoridades gubernamentales, para que por ejemplo en labor conjunta Aduana y Servicio de Impuestos trabajen corrigiendo las distorsiones que hacen posible el movimiento del comercio de prendería usada que provoca de manera continua el cierre de talleres de confección, el caso de las Pymes, generando además marcado desempleo.

Se planteó entre otras cosas hacer efectivo el programa de "reconversión" de los comerciantes de ropa usada en pequeños empresarios textiles o manufactureros, pero tal programa se cumplió a medias y su resultado fue más bien negativo, pues se hicieron inversiones que no dieron resultado. El negocio de la ropa usada de contrabando y de la ropa barata importada de China, es un gravísimo problema para nuestra industria y comercio que merece una solución estructural, apoyada con medidas de incentivos especiales, pero también con drásticas sanciones.

Hay que pensar seriamente en el daño que se ocasiona a los sectores formales que son víctimas de malas políticas, tomando en cuenta como ejemplo, el hecho de que aún estando vigente una prohibición para importar y comercializar la ropa usada, sucede lo contrario y en los últimos años es permanente la propagación de más comercios ilegales, pero con traza de negocios formales.

Fuente: LA PATRIA