El diputado chileno Alejandro Navarro, que visitó a los carabineros chilenos alojados en Uyuni hasta su restitución a su territorio y sus autoridades, señaló sobre el tema, "que el actuar del Gobierno boliviano, es una lección de diplomacia a las autoridades chilenas", sugiriendo además que "ambos países deben cooperarse mutuamente en temas relacionados a frontera".
Lo sucedido el último fin de semana con una demostración de inocultable alegría por parte de los dos carabineros chilenos liberados en territorio boliviano y entregados a sus superiores sin mayores protocolos que los exigidos por razones de seriedad y legalidad, constituyó un acto sumamente sencillo con desborde de emociones y satisfacciones, una muestra, un ejemplo de lo que puede lograr una efectiva tarea diplomática y la práctica de excelentes relaciones internacionales y un diálogo de respeto y comprensión.
Los hechos ya son de conocimiento público y muchas hipótesis despejadas. Aún aquellas que insinuaban "una revancha segura" de parte de autoridades bolivianas, sucedió todo lo contrario y familiares de los detenidos chilenos que vivieron en incertidumbre poco más de dos días, no podían creer el curso de los hechos, hasta que una tranquilizada madre, se expresó abiertamente, agradeciendo a Dios y a la buena voluntad del mandatario boliviano, por devolver a su hijo y su compañero, sin un solo rasguño.
El que no quería entender las cosas y horas después del hecho mantenía sus frases de duda y poco amistosas - como siempre se expresa- era el Canciller chileno que finalmente, se sumó a las sugerencias de sus connacionales para establecer un diálogo con autoridades bolivianas "así sea sobre el tema de lograr un acuerdo para el control conjunto de las fronteras entre ambos países".
Los dos carabineros de Chile que ingresaron indebidamente y fueron detenidos en territorio boliviano, cometieron, según se dice, los mismos delitos que se imputaron a los nueve detenidos bolivianos que fueron encarcelados, privados de sus derechos y objeto de agravios, liberados tras un juicio oprobioso más político que legal, pero los dos foráneos recibieron atención de cuidado, trato humano, sin hostigamientos y en condición de alojados, que no es lo mismo que detenidos, así lo reconocieron a tiempo de abandonar nuestro territorio.
Los últimos hechos cumplidos en territorio boliviano y con la presencia de la más alta autoridad policial del país y sus inmediatos colaboradores, frente a similar autoridad del cuerpo de Carabineros de Chile, fue otra demostración de que al existir predisposición de diálogo, condiciones de mutuo respeto y hasta muestras de amistad, es posible alcanzar objetivos de paz y armonía sin adjetivaciones que dañan y alteran las posiciones de partes, no precisamente en conflicto, sino más bien en búsqueda de soluciones pacíficas a problemas emergentes de tensiones originadas en errores y no en intenciones de confrontación.
El ejemplo boliviano, abre una posibilidad de acercamiento y el resultado concreto es que autoridades de ambos países coincidieron en la necesidad de crear un "Comité de Fronteras" para abordar claramente los problemas que se generan en la extensa zona fronteriza entre ambos países, especialmente para combatir el flagelo del contrabando que causó y sigue causando irreparables pérdidas a la economía boliviana.
El Canciller chileno admitió finalmente que, "si hay algo valioso y que uno puede rescatar de este episodio y que nos complace mucho, es que el Gobierno boliviano esté dispuesto a reunirse con Chile para tratar todos estos problemas fronterizos". Vale la pena recordarle al canciller chileno, que ha sido Bolivia que insistió y mantiene su posición de establecer un diálogo abierto con Chile.
Fuente: LA PATRIA
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