Ciudadano Reynaldo Ramírez: Perdone como lo hizo Jesús, no olvide y su caso ayudará a la población

La sentencia emitida para este inocente ciudadano es el reflejo de la antítesis de la profesionalidad y el apostolado que se debe asumir en toda actividad, más aun y superlativamente consciente cuando se trata del futuro y el equilibrio de la vida interna de una persona, sus valores inalienables como son la dignidad y el honor.

El inocente ciudadano Ramírez no sabía antes de su imputación que, quién o quienes lo juzgaron no disponían de la formación jurídica, experiencia, de la ética, de la moral y del estudio previo fundamental que debe incorporar todo juez o fiscal; creyendo este inocente ciudadano se situaba bajo la protección del paraguas de la justicia que siempre debe activar en el ciudadano que se encuentra o no en un contencioso judicial, confiabilidad.

Ahora, ciudadano Ramírez, Ud. puede pasar a la historia con la moral que le obliga en un contencioso judicial por aplicación indebida de justicia, pues ya dispone de prueba preconstituida, alejar de la profesión a quienes lo juzgaron, con esta acción está protegiendo a otros que no lo conocen y eso se llama deber imperativo moral.

Es complicada y exigente la labor del juez porque analiza, dictamina y sentencia; por ello debe estudiar incesantemente las formas de evolución de la producción e investigación de la pruebas. El juez responsable considerará siempre la condición humana de los presuntamente culpables con profunda convicción y deberá sentir empatía por el sufrimiento o desgracia del otro.

Cuando se elabora una sentencia en uno o varios borradores para revisarla exhaustivamente, deben reunirse todos los elementos que se conocen o se infieren de un determinado caso para, con un borrador de sentencia, hacerlos pasar al ámbito ontológico, es decir, al ser del juez para que sea cotejada con su conciencia moral, pero, ¿Qué se entiende por conciencia moral?, en su sentido lato es la capacidad del espíritu humano para conocer los valores, preceptos y leyes morales (sindéresis).

En su acepción estricta, extraordinariamente profunda, es aquella autoridad interior que reside en todo humano que manifiesta al hombre de manera enteramente personal y forzosamente perceptible, en este caso al juez, lo que debe hacer o dejar de hacer, antes de la acción y se manifiesta con voz avisadora, prohibitoria, preceptiva, permisoria y después de tomada la decisión como fuerza laudatoria o de satisfacción de haber obrado justamente y, condenatoria, en el caso de haber sentenciado injustamente a un inocente, motivado por diversos intereses o influencias y hasta incapacidades por deficiente formación profesional.

De todo ello se desprende que hay dos cuestiones con significado en la investigación. La primera ¿Cómo deciden de hecho los tribunales en los casos de tipo determinado?, y la segunda, ¿Cómo deberían decidir los tribunales los casos de un tipo determinado? Lo que interesa cardinalmente es saber qué hacen y qué deberían saber los tribunales. Todo lo demás es palabrería y solo complemento.

Finalmente la conclusión sociológica estriba en que la sociedad, desde los poderosos y los humildes no observen a los jueces y fiscales como servidores públicos peligrosos que engendran temor y se dude de su formación moral.

(*) abogado, posgrado en Conciliación y Arbitraje, Interculturalidad, Educación Superior, doctor honoris causa, docente universitario, escritor.