Domingo 09 de julio de 2017
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Justiniano, emperador romano con una sana proclividad a la elaboración, estudio y composición de nuevas leyes para Roma, era un emperador progresista, ya que su mayor preocupación era el bienestar del pueblo; consecuente a ello, mando a una comisión de 10 miembros en el año 528 de Roma, reunir los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano, agregar las constituciones posteriores, suprimir repeticiones y contradicciones y las normas en desuso.
Observe el lector el cuidado de este emperador por disponer de leyes conforme a las necesidades de la población, ejemplo digno de imitar con humildad por nuestros legisladores que sumidos en una pereza endémica, los códigos no se remozan ni se actualizan a la dinámica del Derecho actual y al incremento de los ilÃcitos modernos, además de incorporar a los mismos materias nuevas que se aplican internacionalmente y que no aparecen en los diferentes códigos, realidad que impide que haya legislación boliviana para arbitrar los diversos contenciosos que se presentan o podrÃan presentarse ¿Cual la razón la esta pereza?, simplemente la falta de preparación para legislar, que no es ninguna ofensa, sin embargo, obliga a los mismos a hacer de su vida un constante estudio y aprendizaje, esfuerzo que les asignara un valor intrÃnseco a su capacidad y conocimiento, porque el aprendizaje es un proceso ininterrumpido.