La muestra "Papiros y Manuscritos. Caminos del conocimiento", expuesta en la Biblioteca Nacional de Austria, intenta reconstruir algunos de esos trayectos y destaca que el acceso al conocimiento era en el pasado tan importante como ahora, aunque los problemas fueran distintos.
"¿De dónde conocemos los escritos de Aristóteles, de dónde tenemos los discursos de Cicerón? Ello pasa por la larga tradición de las copias manuscritas y eso quiere decir que los libros eran caros, valiosos y raros", explica a Efe Bernhard Palme, director del Museo del Papiro de Viena.
"Muchos de los textos de la antigüedad los tenemos por primera vez en una copia manuscrita de la plena Edad Media", cuenta.
"No tenemos prácticamente autógrafos de ningún autor de la Antigüedad", prosigue este catedrático de papirologÃa.
Explica que sólo existen fragmentos de libros antiguos en papiro, por lo que en la mayor parte de los casos se trata "de una copia de una copia de una copia. Es algo que pasa por generaciones".
"Cuando da tanto trabajo, entonces se copia lo que se considera más interesante y eso es exactamente el gran peligro, porque con el tiempo varÃa el gusto, el concepto del mundo", detalla.
"Asà se perdió una gran parte de la literatura antigua, pero todo lo que tenemos se lo debemos al laborioso trabajo de los copistas, que en la Edad Media eran monjes en los monasterios", indica Palme.
"Estimamos que cerca del 90 % de la literatura de la antigüedad se ha perdido", afirma el experto y recuerda que de algunos autores se conocen Ãndices de obras, lo que permite cuantificar lo perdido.
AsÃ, por ejemplo, de Amiano Marcelino, "el historiador romano más importante de la antigüedad tardÃa, sólo se ha salvado la mitad de su obra en una sola copia", cuenta.
En cambio, el texto "De Trinitate" de Hilario de Poitiers (siglo IV), que trata sobre el dogma trinitario y del que en la exposición se puede admirar una copia del siglo VI, se copió muchas veces.
"Todo lo que tenemos de literatura antigua pasa por los manuscritos de la Edad Media. Y completando eso tenemos un número relativamente pequeño de fragmentos de libros de papiros", resume.
Eso sÃ, el experto destaca la importancia que tienen los antiguos papiros al estar más cerca del original.
La exposición en el Museo del Papiro, situada en el sótano de la Biblioteca Nacional de Austria, en el antiguo Palacio Imperial de los Habsburgo, puede visitarse hasta el 14 de enero de 2018.
Sus piezas pertenecen a la Colección de Papiros de Viena, una de las mayores del mundo.
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