El Presidente Donald Trump ha sido criticado por varios mandatarios de paÃses de diferentes latitudes del mundo, desde los potencialmente competitivos, hasta otros que de algún modo repudian las advertencias "descomedidas" de un gobierno que pretende utilizar su fuerza, sin razonamientos previos, como ya lo mencionó el más pacÃfico de los gobernantes en el Vaticano, al puntualizar que "deben construirse puentes y no muros".
Las cosas en su momento parecen resultar efectivas, como se puede observar incluso en el ámbito de relaciones entre gobernantes potencialmente reconocidos y sabedores de tales condiciones, para darse la libertad de reprochar actitudes que enturbian los vÃnculos todavÃa frágiles entre gobiernos que dominan áreas de economÃa y estrategia militar.
Pero está visto que en esos altos niveles de la polÃtica internacional, una llamada telefónica, puede abrir un diálogo que evite una conflagración, circunstancia además propicia, para que gobierno a gobierno, tras la recriminación pertinente se definan renovadas reglas de respeto, que por supuesto no admiten, discursos de disculpas, las cosas son clarasÂ?cuidado con pasar de los lÃmites.
La recriminación china a EE.UU. pesa -como ejemplo- en la balanza de alta diplomacia.
Fuente: LA PATRIA
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