Miercoles 05 de julio de 2017
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Se debe al presidente Donald Trump el haber puesto en mesa un tema polémico que lo suponíamos ya olvidado, como ese del muro de Berlín, de hace un cuarto de siglo. ¿Se acuerdan? Con una barrera quisieron dividir a Alemania. Los chicos malos de la otrora "Cortina de Hierro" fueron los artífices de ese "muro de la vergüenza". Si se los menciona todavía hoy, es sólo para repudiarlos de nuevo.
Cuando alguien nos arrebata un bien, recién nos damos cuenta de que lo teníamos. Esa es la miseria paradójica del hombre que habita este planeta, aun sabiendo que no hay otro para escoger. Y se ufana todavía de inventar y perfeccionar instrumentos de devastación masiva, para destruirse con mayor rapidez. "En el hombre existe mala levadura - dice San Francisco, en Motivos del lobo, de Rubén Darío -. Cuando nace viene con pecado. Es triste". Es probable que los ateos en Tiquipaya desconocían esa alegoría del poeta.
En cambio es evidente que alrededor de un millar de turistas, dizque de 43 países, se reunieron en lo que se dio en llamar "Conferencia Mundial de los Pueblos por un Mundo sin Muros hacia la Ciudadanía Universal". Muy bonita expresión por cierto, encierra una sutil alusión al magnate que quiere construir el muro del siglo XXI en la frontera con México. ¿Esos ecos del patio trasero del imperio llegarán a los oídos de Trump? ¡Quién sabe! Para que el viento no se lleve todo, se tomó la fotografía oficial y se difundió una declaración. Los congresos, las cumbres y las conferencias mundiales no sirven para otra cosa, pero cuestan una friolera de los verdes. En titulares de primera plana, Página Siete reveló que el MAS gastó Bs. 70 millones en siete cumbres.