Lunes 03 de julio de 2017
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Aunque en el nivel gubernamental y especialmente en la cartera de asuntos laborales se asegura que ha disminuido en alto porcentaje la desocupación vigente, los dirigentes sindicales coinciden con una serie de análisis al señalar que "evidentemente bajó el Ãndice de desempleo, pero el existente es poco estable".
El hecho muestra que se han dispuesto algunas fuentes de empleo, pero no son las más seguras y la cantidad no es suficiente para cubrir la "desesperada demanda" de empleo en sectores muy necesitados que logran subsistir con la oferta de servicios temporales, albañiles, carpinteros, plomeros y otros oficios eventuales. Pero lo más práctico para muchos desocupados es la obtención de un pequeño capital de arranque, para insumirse en el negocio de la informalidad en una proporción de seis o siete de cada diez, que acrecientan el ejército de los "apacibles" obreros informales.
Hay otros Ãndices, no menos preocupantes sobre las incidencias que confrontan los empleados regulares en sus fuentes laborales. Un informe realizado recientemente por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, Cedla revela que seis de cada diez trabajadores reciben más carga laboral en un ambiente de menor estabilidad. Esa situación es reflejo de la precariedad del empleo en el paÃs, algo que sin ser causa de desempleo directo, es parte de la inseguridad en que se desenvuelve un alto porcentaje de asalariados, hombres y mujeres, en varios niveles ocupacionales.
Fuente: LA PATRIA
