Domingo 02 de julio de 2017
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Summum jus, summa injuria, expresión latina que significa "el Derecho riguroso puede ser la máxima injusticia", y evitar precisamente este extremo es lo que hace la Constitución; pues las normas de la Constitución prevalecen sobre las demás, de lo que se infiere que el ámbito donde se producen las mayores injusticias o malas aplicaciones son las leyes, decretos, ordenanzas, resoluciones administrativas, sentencias, negocios jurídicos etc., para el indefenso ciudadano. Entonces, cuando estas disposiciones no estuvieran de acuerdo con la Constitución, carecen de validez o corresponde su nulidad, o aplicando la terminología concisa: su inconstitucionalidad, que es el paraguas de protección ideal para el ciudadano.
Para comprender o dar más luz a la interpretación de la Constitución se cita la expresión de un connotado jurista norteamericano Marshall, a propósito de un famoso caso que el mismo arbitró "la Constitución es, o bien una ley suprema y soberana, no susceptible a ser modificada por medios ordinarios, o bien esta al bien de las leyes ordinarias y como otras leyes, puede ser modificada cuando a la Legislatura le plazca modificarla. Si la primera parte de la alternativa es cierta, una ley contraria a la Constitución no es una ley: si la última parte es la verdadera, las constituciones escritas son tentativas absurdas de parte del pueblo para limitar un poder que, por su naturaleza misma, no puede ser limitado.