Sábado 01 de julio de 2017
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Si hay algo de lo que carece nuestra ciudad, es de un adecuado sistema de señalización y de una renovación de sus ya obsoletos semáforos, dos necesidades de urgente reposición, para garantizar la seguridad de peatones y de conductores de movilidades de servicio público y particulares.
Es cierto que existe cierta señalización, especialmente en la parte central de la ciudad, pero de poca utilidad porque los destinatarios de ese lenguaje de señalización, simplemente las ignoran o las eluden hábilmente para no caer en infracción "comprobada". Otra situación es que muchas de las antiguas señales están dañadas, o anuladas por el desaprensivo uso que le dan promotores de espectáculos o de negocios temporales, lo mismo que candidatos ocasionales y que no sufren sanciones por atentar contra un sistema de ordenamiento civil que en otros países es parte vital del cumplimiento de normas y disciplina urbana.
Lo que si no existe, es una señalización para el ordenado de los vehículos de transporte público, sean micros o minibuses que "levantan" pasajeros donde se los hace para e igualmente dejan pasajeros, al gusto del cliente. No hay "paraderos" especiales, pues los que existen son parte de la necesidad ciudadana de abordar vehículos y la comodidad de los transportistas de llenar sus incómodos coches con la mayor cantidad de pasajeros, allí donde la costumbre se impone a falta de señales, debidamente numeradas, que permitan el ordenamiento de los pasajeros para tomar el transporte de su comodidad. El asunto parece peliagudo, si se toma en cuenta que son muchas las "líneas" de servicio y una mayoría transitan por las mismas rutas, especialmente en el centro de la ciudad, donde ordenar esas "paradas" tendrá que ser tarea de titanes.
Fuente: LA PATRIA