Resiliencia, capacidad humana y de las instituciones

La resiliencia es una de las características o propiedades de los sistemas complejos, empero, antes de continuar es importante para el lector comprender, ¿Qué es la resiliencia?, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, una quiebra financiera, una estafa, una discapacidad y otros momentos aciagos. Este término es tan importante y moderno como la acción actitudinal que genera capacidad y creatividad para las vicisitudes complicadas que se presentan en la vida de los pueblos.

Para dar más luz al concepto, se puede decir que es una manifestación central de la capacidad de un sistema social que le permite continuar viviendo creativamente a pesar de las adversidades. Se debe comprender que la resiliencia va mucho más allá de dar una respuesta en un momento oportuno, y no se limita a reparar el daño causado. La resiliencia implica generar, a partir del desafío que presenta el choque externo o la modificación del entorno, una dinámica, un proceso capaz de reaccionar de manera creativa, sin perder la identidad.

Fundamentalmente, la resiliencia es la capacidad de un sistema para continuar su desarrollo, frente a múltiples cambios que se producen en su entorno, por ejemplo, muy ilustrativo por cierto: la diversidad que ofrece Bolivia como riqueza sociológica, estaba fragmentada por la discriminación y la exclusión de la mayoría del país, entonces, en una medida resiliente que el actual gobierno preceptúa como vigente la inclusión, que ya desarrolla inmensurables beneficios al país. Otro ejemplo impactante de la resiliencia fueron las diferentes reformas que decretó la Revolución del 1952, aunque algunas reformas quedaron en el postulado por falta de implementación; la hiperinflación de los años 80, que marco record mundial con cerca de 30.000, como indicador obligó a los gobernantes a crear un decreto 21060 que enderezó la economía, aunque con un costo humano apreciable por las dolorosas relocalizaciones, sin embargo, salvo a la mayoría de la población, pues era demencial vivir en esas condiciones de total inseguridad económica y una moneda que no avalaba ni por horas, el valor de uso y cambio.

Muy importante asumir una posición de intelección completa sobre la resiliencia y sería un error reducir la residencia a las respuestas que se dan a las catástrofes o fenómenos extremos puntuales, más bien supone una capacidad más amplia y profunda de cara al cambio y exige el reto de la innovación, tanto en el individuo, las instituciones y la protección, en todas sus determinaciones, que debe ejercer constantemente todo gobierno hacia la población.

(*) Es abogado, postgrado en Interculturalidad y Educación Superior, Conciliación y Arbitraje, doctor honoris causa, docente universitario, escritor.