Martes 27 de junio de 2017

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Editorial y opiniones
La izquierda y la derecha en su crisis de identidad
27 jun 2017
Adhemar Ávalos
El analista argentino, Guillermo Sullings, uno de los fundadores del Partido Humanista en su país, plantea que la izquierda y la derecha "ya son conceptos quizás anacrónicos". Agrega que como categorías tienen crisis de identidad. ?l tiene una razón basada en sus reflexiones teóricas, al final se han convertido en lo mismo: en el poder para beneficio particular. ¿Por qué la izquierda ha muerto? Por su incapacidad innata de transformar, no reformar, la teoría. ¿Hay terreno para las utopías? ¡Sí¡ Pero, las utopías se han confrontado ferozmente con la realidad y han tenido un éxito parcial, ¿pero de qué serviría vivir en este mundo sin transformarlo? Es la primera pregunta que importa. ¿y por qué? Porque trasciende al ser vivo, la Humanidad no sería necesaria sin sueños, desde los cuentos de "Las Mil y una Noches" o "La cenicienta". Las niñas o niños solamente se concentran en estas aventuras, las que podrían no ser reales.
Sullings afirma: "Pero precisamente esa es la propuesta: dar respuestas globales a problemas globales y confiamos en que la humanidad va a salir de esta encrucijada como en algún momento de la historia ha salido". Recomienda una nación humana universal no sólo ideal, sino una necesidad histórica. ¿Por qué?, porque plantea que si a veces es difícil solucionar problemas de un barrio, de una ciudad, por qué ponerse a pensar en los problemas mundiales, cuando problemas menores quizás todavía no los podemos resolver. Cuando se hablaba en la primera democracia en Grecia, se decía que el pueblo era soberano y tenía que delegar la gestión en sus representantes. Con el transcurrir del tiempo eso se fue tergiversando, quizás porque el poder económico fue cooptando a la casta política, por lo menos los partidos tradicionales, y entonces las elecciones parecen ser un evento como para refrendar a lo que postula el poder económico. Entonces se transforma en una democracia formal, en la que la gente elige cada cierto tiempo, según sea el país, pero después no participa.