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Sábado 24 de junio de 2017

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Mundo - Internacional

Decenas de muertos enlutan el final del Ramadán en Pakistán

24 jun 2017

Fuente: Islamabad, 23 (EFE)

Decenas de personas han muerto hoy (ayer) y más de un centenar han resultado heridas en un nuevo viernes de violencia terrorista en Pakistán con dos atentados en el Noroeste y Oeste que han enlutado al país a tres días para el final del Ramadán.

Apenas dos horas antes de que el imán llamase a romper el ayuno en el área tribal de Parachinar, una doble explosión sacudía un concurrido mercado, cerrando una jornada negra con 36 muertos y 120 heridos que comenzó por la mañana en la occidental ciudad de Quetta.

El mayor de los golpes que hoy (ayer) empañaron las vísperas de la importante festividad de Eid-ul-Fitr, que marca el fin del mes sagrado musulmán, se produjo sobre las 17:30 hora local (12:30 GMT) en un concurrido mercado de Parachinar.

Los autores del atentado, que no ha sido todavía reivindicado por ningún grupo, esperaron entre dos y tres minutos antes de hacer detonar una segunda bomba en el mismo lugar, una táctica común entre los insurgentes para infligir bajas adicionales entre los que acuden a ayudar a las primeras víctimas.

Como ocurre estos días en todos los lugares de mayoría musulmana, los habitantes de Parachinar apuraban los preparativos y compras de última hora en los bazares para la celebración de una de sus principales festividades el próximo lunes.

El doble atentado causó la muerte a 25 personas y heridas a más de 100, según el último balance ofrecido a Efe por el portavoz de la Administración regional, Kamal Uddin.

La acción se produjo horas después de que un atacante suicida hiciese volar por los aires un vehículo cargado de explosivos a la entrada de un cuartel de la Policía en Quetta, capital de la provincial de Baluchistán.

Cargado con, entre 75 y 80 kilogramos de explosivos, la furgoneta bomba acabó con la vida de 11 personas y dejó heridas a otras 25, además de dañar varios vehículos con su onda expansiva, explicó en su informe el Equipo de Desactivación de Bombas del Ministerio de Interior paquistaní.

La acción contra el cuartel policial fue reivindicada por el grupo Jamaat-ul-Ahrar (JuA), escisión de la principal formación talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), y también por los yihadistas del grupo Estado Islámico.

Aunque los niveles de violencia han caído en gran medida en el país, desde que el Ejército lanzara en 2014 una operación masiva contra la insurgencia, Quetta y Parachinar y las áreas tribales adyacentes concentran el grueso de los ataques que aún se producen con relativa frecuencia.

A finales del pasado marzo, 22 personas murieron y decenas resultaron heridas en un atentado con coche bomba cerca de una mezquita chií para mujeres en Parachinar, donde hace dos meses de nuevo la explosión de una mina causó 14 muertos, todos ellos pertenecientes a esa minoría religiosa.

Quetta, por su parte, fue el pasado octubre escenario de un asalto contra una academia de Policía que causó la muerte de 62 cadetes y un capitán.

Ante la inminente celebración de Eid-ul-Fitr y tras los atentados de hoy (ayer), el Ejército ha incrementado las medidas de seguridad por todo el país y llevará a cabo operaciones de búsqueda en colaboración con otras agencias, según el servicio de comunicación militar, el ISPR.

"El enemigo está tratando de arruinar el estado de ánimo festivo de la nación mediante actos cobardes", advirtió el jefe del Ejército paquistaní, el general Qamar Javed Bajwa, pero aseguró que los terroristas "fracasarán" en su intento.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó ambos atentados y prometió que contraatacarán "con todo la potencia del Estado".

"Estos ataques cobardes son un signo de la creciente frustración de los terroristas y extremistas que incluso han atacado a civiles inocentes durante el mes sagrado de Ramadán", subrayó el dirigente.

Pakistán lanzó en febrero un operativo militar en todo el país contra los insurgentes, bautizado como operación Radd-ul-Fasaad (Eliminación de la discordia, en árabe).

La ofensiva es una continuación de otra operación que se puso en marcha en las zonas tribales en junio de 2014 y con la que el Ejército asegura haber abatido a 3.500 insurgentes, una cifra no comprobada independientemente.

Fuente: Islamabad, 23 (EFE)
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