Estas actitudes de bajos escrúpulos suceden generalmente a instancias del poder polÃtico justamente, cuando una persona accede a un cargo de importancia que le permite tomar ciertas decisiones y disponer de otras. Es común que utilice esa influencia y poder que le da su cargo para someter a sus subalternos y obligarlos a realizar determinadas actividades con la misión de satisfacer sus intereses personales que nada tienen que ver con las funciones para las cuales fueron contratados.
El acoso sexual se define como "la situación en que se produce cualquier comportamiento verbal, no verbal o fÃsico no deseado de Ãndole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo".
Es un acto que una persona realiza de forma indebida, por cualquier medio, o requerimiento de carácter sexual, no consentidos por quien los recibe, que lastiman los sentimientos, dignidad y personalidad y en las relaciones laborales que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo.
El acoso sexual puede ser sufrido tanto por hombres como por mujeres. Sin embargo la mujer se convierte en la principal vÃctima del mismo porque su situación en el mercado laboral es claramente inferior respecto a los hombres, por su inestabilidad en el empleo y su subordinación jerárquica profesional.
Haciendo uso u abuso del poder polÃtico se han venido denunciando varios actos de acoso sexual por hombres de bajos instintos hacia mujeres, se han considerado a estas actitudes como un fenómeno social de múltiples y diferentes dimensiones, denunciadas por distintas organizaciones e instituciones y constatadas por distintas investigaciones que han evidenciado la existencia, extensión y gravedad de este fenómeno en el ámbito laboral.
Este problema ha sido abordado por las organizaciones de trabajadores y de feministas de todo el mundo. El acoso sexual está incorporado en el Convenio Nº 111 relativo a la Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, y es considerado como un grave incumplimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores, razón por la cual forma parte del programa de trabajo decente de la Organización Internacional del Trabajo.
La mayor parte de denuncias de acoso sexual se ha dado en el campo laboral, destacándose en las instituciones públicas que son manejadas o dirigidas por PolÃticos -que se encuentran en el poder circunstancialmente-, que aprovechando su condición de superioridad hacen abuso de poder, acosando sexualmente a las mujeres, haciendo proposiciones indecentes, incluso con la amenaza de despido de su fuente de trabajo si no acceden a sus instintos sexuales, reprochables, desde todo punto de vista.
El acoso sexual, es una expresión de abuso de poder y dominio para lograr un beneficio sexual, es un flagelo silencioso, que abordado desde los derechos humanos es una de las manifestaciones de la violencia contra las mujeres trascendiendo del ámbito personalÃsimo hacia lo colectivo; que además lesiona principios, garantÃas y derechos fundamentales, entre ellos, principios de igualdad, no discriminación laboral en razón del sexo, derecho a la vida, derechos y libertades sexuales, estabilidad laboral, derecho a la intimidad, a la integridad fÃsica y sicológica y por su puesto derechos económicos y sociales de sus vÃctimas
Algunas mujeres denunciaron este tipo de actos -de baja calaña -sin embrago recibieron poco apoyo de la justicia en los diferentes niveles, más aún las compañeras de trabajo no les brindaron su apoyo por presión, miedo y amenazas a perder el trabajo. Al contrario, los amigos o el entorno polÃtico afÃn al partido del agresor, procedieron a amenazarles, presionarles para que retiren las denuncias, cuando lo correcto era que reciban el apoyo por estas injusticias e irregularidades; además todas las mujeres deberÃan trabajar unidas para sancionar este tipo de delitos.
Los hombres no debemos olvidar que nacimos de una mujer, que en casa tenemos una madre, hermana, sobrina, etc. que merece respeto y no nos gustarÃa que otros hombres haciendo uso del poder en su condición de superioridad abusen de las mujeres -aprovechando la necesidad económica en las que se encuentran-, a condición de mantenerse en la fuente de trabajo.
Las mujeres merecen todo el respeto, consideración y trato preferente.
(*) Ingeniero
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