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No es un tema nuevo, al contrario este reciente anuncio del Ministerio de Defensa ratifica la intención oficial de fortalecer el control de nuestra soberanía e implantar un estricto control en las fronteras, profundizando de ese modo la lucha frontal al contrabando.

Algo importante constituye el trabajo realizado por una unidad de élite de las Fuerzas Armadas de la Nación (F-10), que en el tiempo de una semana de operativos en la frontera con Chile, logró la incautación de mercadería de contrabando por un valor mayor a los dos millones de dólares, eso significó la detención de varios camiones de alto tonelaje, procedentes del vecino país, en una demostración de que el mal del contrabando se alienta en el otro lado de nuestra frontera.

Los recientes operativos de control militar y aduanero, han demostrado que es muy necesario implementar un proyecto inmediato para concretar los anunciados puestos fronterizos que una vez entregados, alojarán a personal militar, policías, agentes migratorios, personal de aduana y en algunos lugares técnicos de sanidad agropecuaria e inocuidad alimentaria.

El Ministro de Defensa ha confirmado que el Gobierno invertirá más de 56 millones de bolivianos para la construcción de 28 puestos militares que estarán ubicados en la frontera con Chile y separados uno de otro a una distancia de 30 kilómetros, lo que permitirá que el personal asignado pueda desplazarse con facilidad en las áreas que le correspondan, en la doble misión de cuidar la soberanía nacional y combatir abiertamente al contrabando.

Dadas las condiciones en que se desenvolverán los efectivos castrenses, altas autoridades militares y el Gobierno han decidido la creación del Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas de Lucha Contra el Contrabando y funcionará bajo dos pilares especiales, el entrenamiento y la especialización de su personal. La unidad contará inicialmente con 1.500 efectivos y comenzará a operar en el mes de agosto, esperándose que para entonces estén habilitadas las primeras unidades militares de frontera.

Una vez más se reitera que esas "unidades castrenses" serán equipadas para dar comodidad y seguridad a todo el personal allí destinado, además de contar con equipos de alta tecnología, especialmente de comunicación para enfrentar a los contrabandistas que utilizan telefonía satelital e inclusive drones para su recorrido en la extensa frontera entre Chile y Bolivia.

Este proyecto que ahora parece más avanzado, data de tiempo atrás y merece un tratamiento más práctico, toda vez que inclusive ya existe un presupuesto aprobado de inversión para cada unidad militar. El cavar zanjas en la frontera era otra idea que parece descartada. Las unidades militares son garantía de soberanía.

Hay que frenar el contrabando que opera impunemente y como se observa, hasta lo hace con indisimulado consentimiento de autoridades vecinas, algo que es parte de la cotidianidad en la frontera.

Fuente: LA PATRIA