Vivimos en un tiempo en que ser predador es más sencillo

Que el mundo se nos muere, que quedan pocos años para seguir disfrutando del agua potable, que los alimentos orgánicos son escasos, que cada vez el medio ambiente está peor, y pese a las campañas y llamadas de atención, nuestro ecosistema está cada vez más deteriorado.

Si nos preguntamos a qué se debe esa situación, podemos hallar respuesta en que al final resulta más sencillo ser un predador que cuidar el ambiente en que vivimos, pues la tecnología ha avanzado tanto, se han creado tantas cosas destinadas a simplificarnos la vida, que nos hemos acostumbrado a esa comodidad, por lo tanto, volver a las épocas de antaño, cuando para obtener agua potable había que caminar varios kilómetros y acarrear en cubetas el líquido elemental, que, dicho sea de paso, había que cuidar mucho porque era un bien escaso. En cambio en la actualidad es fácil abrir una llave y ver que el agua cae cristalina y limpia, una vez que ha sido filtrada.

Es más fácil tomar un ibuprofeno u otro medicamento, ya procesado y en la dosis necesaria para calmar dolores, aunque sea dañino para los riñones y tenga otros efectos secundarios, pero preparar miel, limón, con cúrcuma, que además de tener que conseguirla en el mercado de hierbas, hay que machacar y saber en qué proporción preparar, para calmar un simple dolor de cabeza.

Antes era muy complicado consumir carne de pollo porque había que criarlos, engordarlos y cuando uno ya se había encariñado con el animal había que matarlo retorciendo su pescuezo, lo cual no es para nada una tarea agradable. Sin embargo, ahora hay granjas destinadas a hacer el trabajo sucio por nosotros, y nos entregan el producto, limpio y listo para cocinar, es más, se tiene alimentos procesados de la carne del ave y en algunos lugares hasta ya están cocidos.

Es más sencillo subirse a un automóvil u otro vehículo motorizado y nos evitamos la fatiga de tener que caminar o pedalear, aunque eso signifique el ensuciar el aire.

Por todas estas consideraciones, señalamos que es difícil volver a la época en que humanos y naturaleza eran amigos, convivían y mientras uno cuidaba a la otra, aquella ofrecía sus productos de la tierra en retribución. Hoy por hoy, esos conceptos han quedado en simple discurso, porque está visto y comprobado que es más fácil ser un predador en tiempos de comodidades, que aunque dañan el medio en que vivimos, continúan brindando cierto bienestar a sus usuarios.

Fuente: LA PATRIA