Miercoles 14 de junio de 2017
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Por error o quizá asumiendo adrede el riesgo, el Defensor del Pueblo (o del gobierno), les dio una clara señal de prevención a los sindicatos, a esas "minorías eficaces" que cierran calles y caminos. El Art. 38 de la CPE siempre estaba ahí, pero sonó como un descubrimiento. Ninguno de los anteriores "defensores" tuvo el valor civil de defender a nadie con ese precepto. Parece que por accidente le tocó al señor Tezanos. Los dirigentes temen ahora que se convierta en jurisprudencia. ¡Ojalá así fuera!
Ante la virulenta reacción, el Defensor se apresuró en aclarar que sólo fue un recurso excepcional con los médicos; no se aplicaría a ningún otro sector. ¿Tiene miedo a que lo destituyan o lo crucifiquen como a Cusi? Para rebelarse hay que tener pasta de héroe, pero el azar le brinda al Defensor la oportunidad de reivindicarse. Como ya no volverá otra vez al cargo, debería romper los amarros políticos que lo estigmatizan y reorientar su función en una perspectiva más plausible.
El artículo de referencia dice que, "Los servicios de salud serán prestados de forma ininterrumpida"; por el cual, el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz falló a favor del impetrante, y también - suponemos - en sujeción a un principio universal de los derechos humanos. En vista de esa decisión judicial, el Colegio Médico tuvo que suspender el paro de 72 horas ya anunciado. Merecen toda consideración los galenos, pero es verdad que una huelga afecta a mucha gente, y gente pobre. Por tratarse de servicios básicos, los hospitales, escuelas y caminos no deberían cerrarse nunca.