Si bien de manera general el frÃo se siente con mucho rigor, está claro que los niños y jóvenes resultan los más vulnerables a contraer enfermedades propias de un clima frÃgido reinante en amplia zona del occidente boliviano.
Tiempo atrás, el invierno se presentaba en el mes de junio y con intensidad en julio, de ahà que tomando en cuenta ese ciclo climático, se programan las vacaciones de invierno, generalmente a principios de julio, tratando de cuidar la salud de la población estudiantil y muy especialmente de los alumnos de kÃnder y de los primeros cursos de básico.
Conociendo nuestro clima particular en el distrito de Oruro, el cambio ya es un hecho, pues muy temprano en las mañanas, la temperatura registra varios grados bajo cero, alguna mañana hasta más de 6, situación que se repite al cerrar la tarde y por la noche, cuando los alumnos de esos turnos sienten el rigor de un invierno adelantado.
Lo importante es que autoridades de salud y de educación hagan un seguimiento permanente de los pronósticos del tiempo, y aunque estos puedan tener ciertas variaciones, lo prudente es que se tomen medidas preventivas, los padres de familia, por un lado, y los maestros por otro, con un control en el hogar y en las aulas sobre la salud de los niños, disponiendo medidas de cuidado inmediato al detectar gripes y resfrÃos, para evitar contagio y malestar colectivo. Las autoridades no deben perder ni una sola referencia sobre el curso y registro de las IRAS, para ordenar medidas preventivas como una que ya deberÃa ser planificada, pensando en un adelanto de la vacación invernal.
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