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S谩bado 10 de junio de 2017

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La fe y la duda

10 jun 2017

Fuente: lasegundafundacion.com

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Las tres partes de la perfecci贸n de nuestra naturaleza instrumental depende, en todo momento, de su progresi贸n, de un cuarto poder que encubierta y abiertamente es el pivote de todo esfuerzo y acci贸n: la fe, o"sraddh谩". La fe perfecta es un asentimiento de todo el ser a la verdad vista por 茅ste u ofrecida para su aceptaci贸n, y en su accionar central es la fe del alma en su propia voluntad de ser, de lograr, de devenir en su idea del yo y las cosas y en su conocimiento; del cual la creencia del intelecto, el consentimiento del coraz贸n y del deseo de la mente vital de poseer y realizar son las figuras externas. Esta fe del alma, en alguna forma en s铆, es indispensable para la acci贸n del ser y sin ella el hombre no puede dar ni un solo paso en la vida, y mucho menos dar paso alguno en pos de una perfecci贸n aun irrealizada. Es algo tan central y esencial que el Gita puede decir justamente acerca de ella que cualquiera sea la sraddh谩 del hombre, eso es 茅l, y puede a帽adirse que cualquiera sea la fe que el hombre tenga de lo que es posible en s铆 mismo y luche en ese sentido, eso es lo que 茅l hombre puede llegar a ser y devenir. Hay una clase de fe en Dios y Shakti, fe en la presencia y poder de la Divinidad Individual en nosotros y en el Universo, fe en que todo en el mundo es el accionar de la 煤nica Shakti divina, fe en que todos los pasos del Yoga (sendero de uni贸n con Dios), sus luchas y sufrimiento, sus fracasos al igual que sus triunfos, satisfacciones y victorias son utilidades y necesidades de su accionar y que mediante una firme y fuerte dependencia de la Divinidad y su Shakti en nosotros y una total autosumisi贸n a 茅stos podemos alcanzar la unidad, libertad, victoria y perfecci贸n.

El enemigo de la fe es la duda, y con todo la duda es tambi茅n una utilidad y una necesidad, porque el hombre, en su ignorancia y en su esfuerzo progresivo en pos del conocimiento, necesita ser visitado por la duda; de otro modo, se obstinar铆a en una creyente ignorancia y un conocimiento limitado, siendo incapaz de escapar de sus errores. Esta utilidad y necesidad de la duda no desaparece por completo cuando entramos en el sendero del Yoga. El Yoga integral no apunta meramente a un conocimiento de alg煤n principio fundamental, sino a un Conocimiento, una gnosis que se aplicar谩 a toda la vida y acci贸n del mundo, cubri茅ndolas, y en esta b煤squeda del conocimiento entramos en el camino y somos acompa帽ados, durante muchas millas, por las irregeneradas actividades de la mente antes que 茅stas se purifiquen y transformen mediante una luz mayor: llevamos con nosotros una cantidad de creencias e ideas intelectuales que de ning煤n modo son correctas en su totalidad ni perfectas y una legi贸n de nuevas ideas y sugestiones se nos cruzan despu茅s reclamando nuestra credulidad, pudi茅ndonos resultar fatal que nos crey茅ramos siempre 茅stas ideas o sugestiones, tal como se nos presentan sin consideraci贸n respecto a su posible error, limitaci贸n o imperfecci贸n. Y en una etapa del Yoga es menester rehusar aceptar como definitiva y final cualquier clase de idea u opini贸n en su forma intelectual y debemos mantenerla en inquisitivo suspenso hasta que sea comprobada y ubicada adecuadamente, y revista la luminosa forma de la Verdad, corroborada por una experiencia espiritual iluminada por el Conocimiento supramental. Y en mucha mayor proporci贸n este es el caso de los deseos e impulsos de la mente vital, que a menudo han de aceptarse provisionalmente como se帽ales inmediatas de una acci贸n temporariamente necesaria antes que logremos una gu铆a plena, pero sin apegarnos siempre con el completo asentimiento del alma, pues eventualmente todos estos deseos e impulsos han de ser rechazados o transformados y reemplazados por impulsos de la voluntad divina que asume los movimientos vitales. La fe del coraz贸n, las creencias emocionales, los asentimientos son s贸lo necesarios sobre la marcha, pero no pueden ser siempre gu铆as seguros hasta que tambi茅n 茅stos sean asumidos, purificados, transformados, y eventualmente reemplazados por los asentimientos luminosos de un Ananda divino que est谩 en unidad con la voluntad y conocimiento divinos. Quien marcha en pos del Yoga no puede depositar una fe completa y permanente en nada de la naturaleza inferior que abarque desde la raz贸n hasta la voluntad vital, y s贸lo puede hacerlo, al final, en la verdad, poder y Ananda espirituales que, en la raz贸n espiritual, se convierten en sus 煤nicos gu铆as, luminarias y amos de la acci贸n.

Empero, la fe es necesaria en todos y cada uno de los pasos pues se trata de un necesario asentimiento del alma y sin este asentimiento no puede haber progreso. Nuestra fe debe morar primero en la verdad y principios esenciales del Yoga, y hasta si esto est谩 oscurecido en el intelecto, abatido en el coraz贸n, agotado y exhausto por constante negaci贸n y fracaso en el deseo de la mente vital, en lo m谩s rec贸ndito del alma debe haber algo que se apegue y retorne a ello, de otro modo quedamos fuera del sendero y lo abandonamos por debilidad e incapacidad para soportar una temporaria derrota, contrariedad, dificultad y peligro.

Fuente: lasegundafundacion.com
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