En la audiencia general del 31 de mayo de 2017 el papa Francisco dedicó su catequesis semanal a preparar la próxima fiesta de Pentecostés. Concluyó su bella catequesis con estas palabras: "Hermanos y hermanas, la próxima fiesta de Pentecostés - que es el cumpleaños de la Iglesia: Pentecostés - esta próxima fiesta de Pentecostés nos encuentre concordes en la oración, con MarÃa, la Madre de Jesús y nuestra. Y el don del EspÃritu Santo nos haga sobreabundar en la esperanza. Les diré más: nos haga derrochar esperanza con todos aquellos que son los más necesitados, los más descartados y por todos aquellos que tienen necesidad. Gracias.
Nos parece importante reflexionar sobre este cumpleaños que la Iglesia celebra en el aniversario de su nacimiento. En el lenguaje normal nacer significa salir a la luz después de un tiempo de gestación en el seno de la madre. En el caso de la Iglesia su nacimiento fue preanunciado por el mismo Jesús. Hacia el segundo año de su vida pública les preguntó a los apóstoles sobre su identidad: "¿Vosotros, quién decÃs que soy yo?".
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Simón respondió: "Tú eres el MesÃas (el ´Ungido´), el Hijo del Dios vivo". Jesús, reconociendo que Simón le habÃa respondido, iluminado por Dios Padre, le anunció la misión que más adelante iba a recibir: "Yo te digo que tú eres Piedra (Pedro) y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia". (Mt 23, 13-20).
Lamentablemente, un año después, cuando Jesús fue encarcelado, Simón cobardemente le desconoció por tres veces (Mt 26, 69-75). A pesar de esta traición, Jesús, después de su resurrección, se apareció a Simón y le preguntó si le amaba. Simón confundido le respondió "Señor Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo". Después de repetir esta pregunta otras dos veces, Jesús reconfirmó a Pedro como el Pastor de la nueva Iglesia (Jn 21, 15-19).
A los 50 dÃas de su resurrección, en la fiesta de Pentecostés, estaban reunidos los 12 apóstoles, incluido MatÃas, el suplente de Judas el Traidor, juntamente con algunas mujeres, entre ellas MarÃa, la Madre de Jesús, y algunos hermanos parientes de Jesús. En ese momento sobrevino la venida de la Rúaj Santa (EspÃritu), en forma de lenguas de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos. A partir de ese bautismo espiritual los discÃpulos, hasta entonces temerosos, comenzaron a predicar valientemente el evangelio hablando en otras lenguas.
Por eso el Papa propone celebrar la fiesta de Pentecostés como el nacimiento de la Iglesia que Jesús habÃa profetizado. Felicitemos a la Iglesia en su cumpleaños con el Papa y los obispos como sucesores de Pedro y de los apóstoles. Pero también demos gracias a los que dieron a luz a la Iglesia. En primer lugar a Dios Padre, Ãntimamente unido a su Hijo Jesús, quien murió y resucitó para ser el nuevo Adán.
También agradecemos a la Virgen MarÃa, la nueva Eva en el Calvario, a la que el Papa Pablo VI, al finalizar la tercera etapa del Concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964, proclamó "Madre de la Iglesia, es decir Madre de todo el Pueblo de Dios". Nuestra felicitación se extiende a la Rúaj Santa (EspÃritu), la Madre Divina, que juntamente con la Virgen MarÃa, la nueva Eva, claman incesantemente hasta el final de los tiempos: "¡Ven, Señor Jesús!" (Ap 22, 17) para consumar la unión mÃstica esponsal y la filiación de todos los fieles cristianos dentro de la Familia Trinitaria.