Pero lo que la filosofÃa engendra como fenómeno social es, lo externo de su realidad, es como su piel. La sociedad no es nunca original y creadora, y para que llegue a ocuparse de la filosofÃa como necesidad publica, es menester que exista previamente hecha por algunos individuos.
Cuando se vive con la filosofÃa como el ejercicio de filosofar en cada acción, entonces se puede alcanzar o aproximarse a la razón y la intelección de los problemas que abaten a los humanos en las diferentes actividades, resultando de ello mejores seres humanos, más capacitados e idóneos en todas la materias convencionales que se estudian, los oficios que se practican y que ayudan a cubrir las necesidades de supervivencia.
(*) Abogado, postgrado en Interculturalidad y Educación Superior, doctor honoris causa, escritor.
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