Frente a la situación que confrontaron una vez más los importadores y exportadores de nuestro paÃs, y el sufrimiento al que fueron sometidos miles de transportistas, por el paro ejecutado por funcionarios aduaneros chilenos, que interrumpieron el tránsito de mercaderÃa, materias primas, alimentos y una variedad de productos o de ida o de retorno, que no llegaron a destino con la oportunidad requerida, en el paÃs se piensa ahora más seriamente en la necesidad de buscar puertos alternativos para evitar los constantes daños que se producen en los puertos del norte chileno.
Cuando se toca el tema de puertos alternos, se acude a la primera opción de cambio que constituirÃa el puerto peruano de Ilo, donde prácticamente existirÃa la posibilidad de usar una franja marÃtima concedida a favor de Bolivia, durante los Gobiernos de Fujimori y de Alán GarcÃa, y cuyo trámite legal no ha sido completado aún, por la falta de protocolización en instancia legislativa peruana. Ese proceso se está prolongando por mucho tiempo, pues se trata de dos gestiones presidenciales en el Perú, que no han logrado la ratificación protocolar de la cesión marÃtima en condiciones favorables a nuestros intereses, por un lapso de 99 años.
De tanto esperar, para observadores del asunto, el caso de Ilo como concesión no pasa de ser una buena intención de un mandatario amigo, en un tiempo determinado. Ahora el caso concreto de uso del puerto de Ilo tiene otras connotaciones y tampoco son las más apropiadas para el paÃs.
Por un lado dirigentes del transporte pesado internacional de carga, conocedores del funcionamiento de puertos, consideran que tal como está Ilo, actualmente no responde a las necesidades del flujo de mercancÃas de todo tipo, y especialmente de minerales que exporta nuestro paÃs, por lo mismo su capacidad es muy limitada y no soluciona de manera concreta nuestro problema de la dependencia de los puertos del norte chileno.
Aun considerando la vigencia del mega proyecto del tren bioceánico, que unirá puertos del Atlántico, partiendo de Brasil y llegando al PacÃfico en Ilo del Perú, tendrá que someterse ese puerto a una ampliación y adecuación a nuevas exigencias portuarias, el hecho es que tal proceso obliga a una millonaria inversión al gobierno peruano y además requiere de mucho tiempo.
Observada la situación con el "lente de la realidad", corresponde buscar una alternativa más práctica operativamente y según lo señalan algunos entendidos, serÃa conveniente aprovechar las ofertas que tiempo atrás se hicieron, por ejemplo para el uso de embarcaderos en el Canal Tamengo, aunque definiendo el movimiento de cierto tipo de embarques que tengan fluido movimiento. Hay necesidad de ubicar puertos del Atlántico para reemplazar a los chilenos.
Y en este urgente intercambio de opiniones, descartando el sueño de Ilo, por lo menos momentáneamente, hay ejecutivos de los sectores comerciales y de los exportadores bolivianos, que sugieren al Gobierno disponer una fuerte inversión para habilitar un puerto de Boliviano, mejorando el Puerto Busch en el sector oriental de paÃs, adecuándolo a nuestras necesidades y aprovechar su vinculación por aguas internacionales hacia puertos del Atlántico.
Se considera factible esa sugerencia, entendiendo que se mejorarÃa de manera sustancial el corredor de integración con Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay en condiciones favorables. Puede ser una alternativa viable antes que Ilo, si se toma en cuenta que el Congreso peruano "da largas" a la protocolización de la cesión de una franja para Bolivia y un puerto Junto a Ilo.
Fuente: LA PATRIA
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