El Tribunal Supremo Electoral (TSE), está trabajando en la difícil tarea de recuperar la credibilidad y confiabilidad del electorado nacional, de manera especial en la vigencia del Padrón Electoral, instrumento severamente observado en anteriores elecciones y de permanente duda para la futura participación en convocatorias que exijan el voto ciudadano.
La presidenta del TSE, señaló que el organismo que dirige está empeñado en salir adelante en un año que plantea muchos desafíos, entre esos principalmente la próxima elección de autoridades judiciales que se cumplirá en octubre y que demanda mucha responsabilidad para devolver credibilidad en el sistema a una colectividad que ha perdido confianza en los procesos de elecciones. Se considera también el debate de la Ley de Organizaciones Políticas y los referendos autonómicos, programados en la presente gestión.
En una entrevista periodística, la autoridad electoral formuló algunas revelaciones, entre esas una que preocupa y señala que para la selección de autoridades judiciales de acuerdo a normativa vigente, el triunfo se asigna a la persona que obtenga la mayor votación, lo que implica una simple mayoría, cualquiera que fuese, sin tomar en cuenta el porcentaje de los votos blancos y nulos que en alguna instancia puede ser superior en cantidad a los votos efectivos, por lo mismo constituyen también la decisión democrática del votante que en caso de rechazo, tiene la única opción de votar en blanco o nulo, en una acción que debería convalidarse como válida.
Este tema es sumamente contradictorio, porque según la autoridad del TSE, la calidad de los votos blancos y nulos se considera en resultados de los referendos, donde está prevista tal figura. Esto significa que las consultas electorales, como el caso del proceso judicial, habrán ganadores, inclusive con mínima cantidad de votos, lo que no recoge el sentimiento del elector y repite el error anterior.
Planteada la situación, estaría definida la elección de altos funcionarios judiciales, porque así lo determina la ley y los votos blancos y nulos no tendrán ninguna incidencia, como ya ocurrió en las pasadas elecciones judiciales. Sin embargo en el criterio de analistas, también políticos y experimentados profesionales de Derecho, los resultados de la primera experiencia de elegir por voto a magistrados, adoleció de esa condición absolutamente democrática, de respetar la voluntad del electorado, tomando en cuenta su decisión que se expresa de la única manera de hacerlo, a través del voto. El rechazo del elector a cualquier figura de candidatura, está en función del sí, el no y válidamente el blanco, cuando los criterios ciudadanos no están de acuerdo a las expectativas que puedan ofrecer algunos postulantes electivos.
De manera adyacente al trabajo que se hará para la elección judicial, en el TSE se extreman recursos para garantizar la vigencia del padrón, de modo que el sistema de seguridad sea fortalecido para evitar distorsiones como las que se presentaron en anteriores ocasiones, descubriéndose la habilitación de ciudadanos fallecidos o de otros ausentes y cuyos supuestos votos se anotaron a favor de ciertas candidaturas favorecidas indirectamente con un fraudulento proceso "admitido" en el organismo electoral.
Se espera la participación de expertos de la OEA para auditar el padrón y comprobar la veracidad de datos incluidos en esa nómina de registro ciudadano que permitirá garantizar un proceso limpio en cualquier elección venidera. Es un tema delicado y por lo mismo implica alta responsabilidad en el TSE.
Fuente: LA PATRIA
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