La derecha moribunda tuvo sus momentos de gloria, pero acabó pereciendo en su imposibilidad estructural. Gobernó al país, Bolivia, durante toda su vida republicana, y hoy estatal. Ella provocó el desastre nacional expresado en las derrotas de guerras cruentas como las del Pacífico, Acre y la victoria frustrada de la campaña del Chaco.
Ahora se encuentra en sus últimos hálitos, prácticamente famélica, y demuestra a todas luces su incapacidad estructural en el conflicto con el actual gobierno, y el MAS se pone el traje rojo, a pesar de que es amarillo, para ocultar su perversidad demostrada en más de cuatro años de gestión, lo que significa detentar el poder en el mejor, ¿o peor? estilo maquiavélico.
Esa expresión retrógrada, incapaz de enfrentarse al MAS, tiene carencias estructurales. Es culpable de omisión e inercia y será responsable, probablemente, de la torpeza de su acción política. Y por ello, esa derecha será sustituida, casi con toda seguridad, por la neo-derecha con disfraz socialista que imita experimentos fracasados en la peor lógica de la Revolución. Por lo menos fueran eficientes, los de ese movimiento, los masistas, pero se pierden en su manejo prebendal del aparato del Estado, en la mentira y en el uso de los símbolos “originarios” cuando han transcurrido más de 500 años del encuentro de dos lógicas de ver el Mundo.
Los españoles no fueron ni buenos ni malos, simplemente conquistadores como Atila y los romanos. La historia se construye en base a fortalezas y no entender sus leyes lleva a la barbarie. El capitalismo surgió y se desarrolló y, además, fue capaz de recuperarse de sus propias arbitrariedades, de sus inconsecuencias. ¿Y por qué el socialismo fue destruido? Porque fue incapaz de hacer visible y posible su certidumbre.
Un sistema que no haga vivir bien a la gente no tiene razón de ser. Las experiencias de Cuba, Vietnam y Corea del Norte son reveladoras. Ellos, y ellas, fracasaron por su dogmatismo y por su ineficiencia.
No se quisiera criticar tanto al MAS, pero sus absurdos totalitarios superan la paciencia más tolerante. Su práctica nace, y se recrea, en el poder por el poder basado en la astucia servil y en la ignorancia de las bases. Y la derecha tradicional no tiene justificación histórica y razón causística.
Esa derecha podría ser necesaria en contra del totalitarismo neo-nazi, siempre que nos ayude a despejar el camino de expresiones autoritarias y seguirá vigente por lo menos hasta el Siglo XXII cuando el dominio del capital sea universal y el excedente económico y político sea expropiado por todas las expresiones de derecha, incluido el MAS.
El MAS acusa a expresiones terroristas de derecha, no obstante sus ideólogos se sustentaron en la lucha armada, ¿el EGTK y el CNPZ qué habrían significado? la verdadera izquierda debería basarse en los fundamentos de Marx, Engels y Lenin. Y esta es una crítica desde la izquierda.
(*) Politólogo
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