El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, explicó que la retirada se decidió una vez que fue comprobado que habÃan "cesado los actos de depredación y de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden".
Frente a las crÃticas, Jungmann sostuvo que el refuerzo de los militares era "necesario" debido al "clima de barbarie" y aseguró que el Gobierno "no tolerará el desorden" y actuará siempre dentro del marco constitucional, para "preservar la vida y la seguridad de las personas".
Más allá del nuevo desgaste que causó la salida de los militares a la calle, Temer sufrió hoy (ayer) otro varapalo, dado por el influyente Colegio de Abogados, del que es miembro en su calidad de profesional del derecho.
Los abogados se dirigieron a la Cámara de Diputados para entregar un nuevo pedido de juicio polÃtico contra Temer, que se suma a otros doce ya presentados por fuerzas de la oposición.
La solicitud se fundamenta en graves sospechas que pesan en contra de Temer en la Corte Suprema, que le investiga por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilÃcita, sobre la base de testimonios prestados por ejecutivos del grupo cárnico JBS en el marco de un acuerdo de cooperación judicial.
La iniciativa de los abogados es similar a las que llevaron el año pasado a la destitución de Dilma Rousseff y auparon a Temer al poder, pero ni los más rabiosos adversarios del actual mandatario parecen decididos a encarar un camino tan largo para desalojarlo de la Presidencia.
El Partido de los Trabajadores (PT), el más influyente del arco opositor y liderado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que el llamado "impeachment" no es el camino y que la "única salida" a la crisis es una "inmediata renuncia" del gobernante y un adelanto de las elecciones previstas para octubre de 2018.
En el oficialismo, claramente fragmentado, la voz de la rebeldÃa la encarna el jefe del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en el Senado, Renán Calheiros, quien abiertamente ha pedido la renuncia del mandatario.
No obstante, en esa formación que lidera el propio Temer, hay quien se inclina por esperar un proceso que tramita en la justicia electoral, actualmente suspendido pero que será retomado el próximo 6 de junio y pudiera desalojar al gobernante.
Ese juicio pretende establecer si la campaña para las elecciones de 2014 de la fórmula Rousseff-Temer fue financiada con dinero de la corrupción, lo cual llevarÃa a anular su victoria y a la destitución del presidente.
Temer tendrÃa la posibilidad de apelar a esa decisión y prorrogar asà su permanencia en el poder, lo cual ha dicho más de una vez que se propone hacer, pero en las alas dÃscolas del PMDB se cree que, en la actual situación, no tendrÃa otra opción que aceptar el fallo y entregar el cargo.
Fuente: Brasilia, 25 (EFE)
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