No sé si es correcto, hablando con propiedad de género, tratarlas como "mi jefa." Lo cierto es que aquello de equidad de género, que a voz en cuello reclaman ciertos políticos, ha irrumpido con mayor fuerza en los periódicos, medios que luchan por conservar la credibilidad de lo que afirman ante la opinión pública, frente a la televisión, cuya calidad es nomás cuestionada.
Los periodistas diríamos mujeres al poder. No se trata de contrastar la presencia femenina con la masculina en los periódicos, mucho menos apegarnos a aquellas teorías androcentristas o ginocentristas que sustentan alguna forma de hegemonía de hombres contra mujeres o viceversa. Hasta podría ser provocativo a la sensibilidad de esas damas "jefas," hablar de "equidad de género", ya que nuestro oficio no reclama aquello, sino son otros parámetros los que configuran el accionar diario de los medios y de nuestro oficio: mucho trabajo, fregado trabajo que no te deja dormir. Te acuestas y sigues pensando en lo que publicarás mañana, si es lo adecuadamente correcto, que no defraudará la confianza que los lectores tienen en tu periódico. Que ese titular debía ser de otra forma, que no encaja esa foto, en medio de todo ello te agobia tu agenda del día siguiente, qué diablos vas a hacer mañana, a qué hora vas a ir al periódico, cómo va a ser la reunión de editores. No hay calma, no hay paz. Vivimos de sobresalto en sobresalto bajo presión de toda aquella cadena que significa armar la edición diaria, ser infalibles en toda aquella maquinaria dedicada a la fabricación del periódico. Es un trabajo desesperadamente absorbente.
Las "jefas" han tomado, no los periódicos, sino esas enormes responsabilidades, que es muy diferente. Los periódicos no son entes abstractos, forman parte de la sociedad. Asumir como directoras de importantes diarios y revistas nacionales, en la complejidad implícita de aquel contexto, donde los periódicos casi siempre determinan las estructuras políticas y sociales en todas partes del mundo, es una tremenda carga y reto. Los desafíos para cualquier director de periódico, sea mujer o varón son los mismos, no hay diferencias, deben de responder ante sus lectores y deben saber dirigir, con mucho tino y sapiencia sus periódicos.
Hubo un paulatino ascenso de las mujeres dentro del periodismo. Se venció finalmente aquel estereotipo de que era oficio sólo para hombres. Recuerdo en la década de los años 70, 80, 90 a Mirtha Fernández arando en la calle notas exclusivas, recorriendo junto a varones periodistas fuente tras fuente aquí en Cochabamba, Lupe Cajías en La Paz y alguna otra periodista más. Ana María Campero, directora de Presencia, la primera mujer directora. Eran contadas las mujeres en las redacciones.
No hay duda que la irrupción de las carreras de comunicación en el país ha animado a las mujeres a inclinarse por el periodismo. Hoy hay igual número de mujeres y varones en los medios enfrentando los mismos retos, cumpliendo las mismas obligaciones en el duro trabajo, bajo la tutela de las "jefas", como: Isabel Mercado en Página Siete, Claudia Benavente en La Razón, que se editan en La Paz, como Ximena Miralles Iporre, directora de La Patria de Oruro, Luz María Canelas, como subdirectora en Los Tiempos de Cochabamba, María René de la Zerda en la revista Oh, Maggy Talavera, directora de la Revista Uno de Santa Cruz. Se impone el ciclo de las mujeres en los periódicos.
(*) Periodista
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.