Aunque la medida no constituye una aprobación consensuada de la Asamblea de la Orureñidad, al contrario resulta una atribución asumida por un ministro de Estado, al señalar que se necesita un mes para considerar el planteamiento orureño en varias instancias gubernamentales y dar vía libre al proyecto del Puerto Seco, correrán 30 días para que se cumpla un nuevo compromiso oficial.
En la nueva asamblea de las organizaciones orureñas, se expresó la molestia del pueblo frente a la alternativa de seguir entrabando la agilización de tener una declaratoria de avance legal manteniendo en duda la asignación de un presupuesto que según algunas autoridades "tiene que conseguir el Gobierno", no es evidente, pues se trata de que se facilite el desembolso de una suma planteada hace tiempo atrás y que ya debió incluirse en las asignaciones determinadas para planes prioritarios de desarrollo regional.
Se informó que el viceministro Martín Bazurco renunció a su cargo al haber incumplido "algunas funciones de su cargo", como el anuncio de emplazar en Patacamaya un Puerto Seco. Sin embargo, analizando la situación, tal detalle era parte de una nota mayor relacionada con la oferta del Gobierno de invertir 527 millones de bolivianos en puertos secos. El anuncio oficial corresponde al foro internacional denominado "Puertos alternativos para el comercio exterior de Bolivia", que se cumplió en la sede de gobierno a principios de mes, evento en el que seguramente se habló del puerto seco en Patacamaya y no en Oruro.
El hecho fue detonante para que los orureños reaccionen reclamando airadamente un derecho que les corresponde y que se tramita hace muchos años, confrontando una serie de problemas, más burocráticos que específicamente técnicos y legales. En todo caso la cadena de trabas y como dijo un dirigente, "las zancadillas" que se pusieron al proyecto retrasaron hasta el presente su ejecución y paralelamente el desarrollo de la región, que tiene una estrategia de operación intermedia en el movimiento del comercio de exportaciones e importaciones, facilitando su tránsito por el corredor bioceánico con destinos a puertos del Pacífico y recibiendo un enorme contingente de carga de ultramar y dirigida a puertos del Atlántico.
Importadores y exportadores del oriente, han mostrado beneplácito ante el proyecto de emplazamiento del Puerto Seco de Oruro y hasta han sugerido la capacidad de silos que deberían incluirse en la estructura orureña, para permitir almacenaje de paso en el largo transporte por ejemplo, de la soya que se exporta a los mercados externos, sin contar otros productos que igualmente requieren de cuidados intermedios para evitar su daño en prolongadas travesías y salvar las dificultades de funcionamiento en los muelles marítimos transnacionales.
Hay que tomar en cuenta que la idea de concretar un puerto seco, justamente en el distrito ubicado estratégicamente en el centro de la geografía boliviana y el más próximo a puertos marítimos, además parte del corredor bioceánico, es una alternativa para imponer en el país la instancia más favorable para manejar su carga de ida y vuelta, pero además generar nuevos negocios que tienen que ver con el transporte pesado, nacional e internacional, que podrá adelantar o terminar trámites aduaneros, actualmente interferidos en los puertos saturados del norte chileno..
Está corriendo un plazo que se cumplirá inexorablemente y que por supuesto es el límite en lo que corresponde a la paciencia de los orureños, que entre otras cosas esperan soluciones concretas y no más zancadillas. Este asunto merece algunas aclaraciones que no deben quedar sin explicaciones.
Fuente: LA PATRIA
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