Domingo 21 de mayo de 2017
ver hoy
Los voluntarios sociales asumen su causa y denuncian las estructuras de poder injusta. En una conocida leyenda medieval, cuando el rey Arturo armaba caballeros les cruzaba los hombros con su espada y, consciente de la responsabilidad que les encomendaba, decía a cada uno: "¡Llevad, Señor, si podéis, tanto honor y tanta gloria como os deseo!".
Después, podían sentarse a la Mesa Redonda sobre la que reposaban las espadas sin distinciones jerárquicas. Tan sólo la espada del rey destacaba por la responsabilidad acumulada, consciente de que sus hombros cargaban con las fuerzas y flaquezas de todos los caballeros. No es otra cosa el cargo sino la carga asumida de mantener la mirada al frente, bien apoyados los pies en la tierra, con el corazón a la escucha y los brazos abiertos para acoger sin prejuicios a las gentes del camino.
Se dijera que ahora ya no son tiempos de héroes ni de santos, de sabios ni de caballeros, arrumbados todos por la eficacia de los ejecutivos y de los mercaderes que han hecho del mundo una inmensa almoneda en la que todo tuviera un precio. Pero no es el sentido de vivir con dignidad, acumular poder, riquezas o fama, sino tomar consciencia de que sólo merece tal nombre un vivir que tienda hacia la plenitud en abrazo solidario con las demás personas. Nadie puede ser feliz a solas, y el fundamental quehacer es activar la conciencia de libertad para ejercer el derecho a la vida, a la justicia y a la búsqueda de la felicidad.