Martes 16 de mayo de 2017
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Los ladrones, asesinos, criminales e instigadores de guerras, que no han reconocido su culpa y tampoco han pedido perdón, casi siempre regresan a la Tierra en una nueva encarnación con el ansia de obrar nuevamente en ese mismo sentido. Pero sin el perdón ni la reparación, las causas permanecen activas en el alma de quien las creó.
También vuelven a encarnar las almas que hicieron grandes promesas a Dios y no las cumplieron. Este mundo serÃa mucho mejor si estas personas hubiesen permanecido fieles a Dios y hubiesen vivido Su mensaje, enseñándolo a otras personas de buena voluntad, no cantarÃa el gallo tantas veces al dÃa.
Todos los comportamientos erróneos de nuestro pasado, tanto si nos son conscientes o si están como dormidos, están grabados y algún dÃa se convertirán en efectos si antes no lo hemos purificado, arrepintiéndonos de nuestro comportamiento, pidiendo perdón y no haciéndolo más. Esa ley justa se llama la contabilidad de Dios, la contabilidad de los cosmos. Ninguna energÃa puede extinguirse, nada se pierde. Todo devenir en la Tierra está plasmado en el cosmos material. También toda actitud de ayuda, asà como toda violencia está dibujada de forma precisa y se actualiza a cada instante en base a lo negativo y a lo positivo de la persona. Por eso se dice: Aprovecha el instante, aprovecha el dÃa para poder reconocer y cambiar a tiempo, antes de que nuestros propios efectos regresen en forma de enfermedades o golpes del destino.