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Jueves 11 de mayo de 2017

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Ecológico Kiswara

Editorial

Educación: una obligación con la Madre Tierra

11 may 2017

En España se crearon las escuelas medioambientales, cuya finalidad es incidir y fomentar "valores como el respeto al medio ambiente, la solidaridad, la tolerancia y la integración de forma transversal a través de actividades lúdicas. Además de ofrecer juegos, diversión, con manualidades y excursiones a las piscinas municipales". La experiencia se la implantó en tres municipios, Guillena, Las Pajanosas y Torre de la Reina.

Deteriorado como se encuentra nuestro medio ambiente, es una obligación poner la educación al servicio del medio ambiente, la naturaleza, la biodiversidad, en síntesis, de la Madre Tierra, para evitar que se siga dañando el ecosistema del planeta y al contrario asumir acciones para recuperarlo, mejorarlo y ayudarlo a repuntar.

Si bien, en las escuelas bolivianas, por el sistema educativo, se habla del cuidado del ambiente y se explica cómo hacerlo, quizás los mensajes no son contundentes, pues la mayoría tienen infraestructuras que no condicen con lo que se está enseñando en cuanto a este tema. Por ejemplo, se tienen aulas oscuras y frías, por lo que se necesita encender los focos durante el día inclusive, y si es invierno hasta se podría necesitar una estufa para calentar el ambiente.

Si bien existen en Bolivia, escuelas que fomentan valores como el cuidado del ecosistema, el medio ambiente y la naturaleza, además de impulsar la solidaridad, la tolerancia, la empatía, son pocas las experiencias conocidas en este rubro, a saber.

Un ejemplo de ese modelo de escuela es Kusi Kuna en Cochabamba, "la escuela pretende formar personas libres, responsables, críticas, capaces de enfrentar y resolver problemas. Todo ello en un ambiente de comunidad, donde no existen relaciones de poder y en permanente interacción con la naturaleza y con la Madre Tierra".

En esa escuela, los padres tienen una participación activa, ya que viene a ser una comunidad, y cuando, por ejemplo, se tiene que hacer un arreglo, participan turnándose para ir a trabajar, los que no pueden por fuerza mayor, aportan con materiales para que se mejore el ambiente donde los estudiantes pasan clases.

Quizás no todas las unidades educativas puedan convertirse al modelo de Kusi Kuna o las escuelas medioambientales de España, pero por lo menos se puede incidir un poco más en la educación ambiental y ecológica, porque como lo dijimos al principio de esta columna, se lo debemos a la Madre Tierra.

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