Magistrados con el cambio

Mucha gente deambula en busca de justicia, las demandas judiciales se hacen muy largas, a veces sin resultados positivos, la gente pobre no tiene posibilidades de lograr que se haga justicia a sus problemas, en las cárceles se encuentra gente de bajos recursos económicos, en cambio las personas con bastante dinero pueden convencer a los que administran justicia. A veces la misma gente fomenta la corrupción, ofreciendo pagarles a los funcionarios de la administración pública, a fin de ser atendidos en forma inmediata a sus trámites. En el país, se ha desatado mucha violencia, delincuencia, feminicidio, discriminación social, violaciones a niños y niñas, a pesar de muchas leyes, estos problemas continúan, aumentando con mayor rapidez.

El nombramiento de autoridades judiciales, no se percibe en la gente de la calle si son buenos o malos funcionarios, si está controlado por el poder ejecutivo, si existe independencia de poderes, si tienen méritos profesionales, cuoteo en los cargos públicos en beneficio de determinados grupos de poder.

Esta elección de magistrados, por parte de los parlamentarios, tienen el propósito de buscar a personalidades profesionales, en el campo de la abogacía, pero, que no solucionará los problemas de la justicia en forma inmediata. Porque la reestructuración de la justicia será un proceso largo, se tiene que formar profesionales con valores culturales, espirituales y con conciencia social.

Pero según se observa, parece que los actuales parlamentarios ya están convencidos con el proceso de cambio, y no estarán dispuestos a rifar este espacio político, decir así, significa, que los nuevos magistrados elegidos estarán sujetos a la nominación oficialista de los dos tercios del poder Legislativo. En este proceso están incorporando a la Universidad, para adornar que respetarán los méritos profesionales de los abogados.

Para cambiar la justicia en el país, se necesita un debate sobre la nueva visión de país, Estado Plurinacional o República, sin quitarle los derechos a nadie, todos merecen que se les respete como ciudadanos bolivianos. Tanto la oposición política, como el oficialismo deben combatir a la corrupción, porque daña a la economía del país, hacer políticas de Estado, y no discutir de temas triviales, de carácter electoral.

Mucha gente no conoce a los candidatos, su trayectoria profesional, pero tiene que sufragar, a favor, o en contra, sin conocer a las personalidades, lo que sí saben, es que tienen problemas en sus demandas judiciales, que no tienen solución inmediata.

Para superar los problemas de la justicia boliviana, que es de largo plazo, no servirá la elección de los tribunos, porque están arraigados en la cultura de la sociedad, en la administración pública, privada, en el sector laboral, en la educación regular y superior, en la universidad, que se ha ido arrastrando gobierno tras gobierno, nadie la puede colocar en su lugar, para recuperar su confianza. Porque se ha convertido de carácter político partidario, responde a quienes están en función de gobierno. En octubre la gente votará por consigna, sin saber de quienes son, si son meritorios o no, además ya decidirá la Asamblea Legislativa.

Para reestructurar la justicia ordinaria, se necesita un largo proceso, porque hay que empezar desde la familia, comunidad, escuela, colegio, universidad, educar a los estudiantes en función a los altos valores éticos, principios, fines espirituales, para tener profesionales altamente calificados para asumir roles muy delicados.