Venezuela para manejar con pinzas

Como van las cosas en el hermano país bolivariano, los analistas y observadores políticos de repúblicas vecinas y más allá de los límites de la región sudamericana, toman el asunto con mucho cuidado, diplomáticamente lo "manejan con pinzas" y eso significa tener mucho cuidado en lo que se escucha, lo que se ve y de manera especial lo que se habla.

Según diplomáticos que muestran cierto grado de imparcialidad, el problema de Venezuela debería resolverse en el marco de la democracia, que es paradigma de su Constitución y por la que se produjeron algunos movimientos revolucionarios, incluyendo un golpe de Estado generado por el líder de algunas reformas que hoy son sólo un referente discursivo del mandatario sucesor, pero que están fuera del contexto de una realidad que ya no se puede ocultar y que lamentablemente puede derivar en penosos enfrentamientos entre venezolanos.

Lamentablemente una corriente política partidaria, estimada en menor proporción que la que se mueve diariamente en protesta y rechazo a la política de Gobierno, hace que se mantenga el esquema, aún vulnerando sus propios códigos y las leyes aprobadas en el anterior régimen para garantizar la seguridad y la democracia de un país que se mantiene en el poder a fuerza de una resistencia oficial, que suma el número de víctimas fatales y de presos políticos, contraviniendo todas las posibilidades de encontrar un arreglo concertado que permita restituir el derecho y libertades ciudadanas.

En el campo de RR.EE., el régimen del Presidente Maduro, confrontó un traspié en sus relaciones institucionales, cuando fue aislada en el Mercosur en medio de situaciones conflictivas. Para evitar otro problema parecido, la política venezolana determinó su retiro de la OEA, antes que los países miembros opten por medida parecida a la que ejecutó el Mercosur, y este hecho coloca al país bolivariano en una clara posición de aislamiento regional, quedando sólo con ciertos apoyos, que en realidad no significan ninguna fuerza para respaldar la reposición de derechos, libertades, justicia, seriedad y tranquilidad que exigen los venezolanos.

En todo caso la diplomacia de las naciones "bolivarianas", lamentan lo que sucede al país paladín de los ideales del Libertador Bolívar, pero al mismo tiempo esperan una reacción oportuna en la gobernabilidad presente, para "dar el paso al costado" y abrir el cauce del restablecimiento democrático, con elecciones libres y sin presos políticos, lo que con seguridad permitirá también la acción solidaria e inmediata de los gobiernos de la región para impulsar la reactivación de Venezuela en paz y armonía. Un problema que se maneja con pinzas

Salvo tres y quizás cuatro países que mantienen su respaldo, más político que práctico, el resto sólo observa con mucho pesar el deterioro cada vez mayor de un Estado que merece mejor suerte, teniendo las condiciones de riqueza natural para continuar siendo parte potencial de la región sudamericana. Se necesita soluciones valerosas por encima de posiciones caprichosas, como sugieren los expertos.

Fuente: LA PATRIA