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Aniceto Arce, Huanchaca, plata, salar de Uyuni, trenes, Butch Cassidy y Sundance Kid, la Tesis de Pulacayo, Domitila de Chungara, Alberto Jara, la primera relocalización de trabajadores mineros y restos arqueológicos. Todos estos nombres están relacionados con lo que fue el gran distrito minero de Pulacayo. Veamos mejor su historia:
Pulacayo se encuentra en el departamento de PotosÃ, es un cantón ubicado en el municipio de Uyuni de la provincia Antonio Quijarro, por lo que está cerca de la increÃble formación geológica del salar de Uyuni. La palabra viene de Mulacayo, es decir, donde la mula cayó. La leyenda dice: El jinete español desconocido (otros dicen que fue Hernando Pizarro), que iba montado en su mula, salió disparado de su montura cayendo de bruces, antes de levantarse sus ojos vieron que brotaba del suelo la apetecida plata, sus ojos brillaron de ambición. Otros no están de acuerdo con el origen del nombre.
Cuando se revalorizó la plata, a comienzos del siglo XX llegaron a trabajar hasta 7.000 mineros, la veta que era vertical llegaba hasta 1.000 metros de profundidad, las condiciones del trabajo, por el calor (45 grados), eran extremadamente sacrificadas. En 1920 se hizo cargo de la mina Mauricio Hochschild, judÃo alemán que empezó rescatando minerales y luego se convirtió en uno de los "Barones del Estaño".
En 1926 los ferroviarios y mineros intentaron organizarse en una federación, en ese tiempo hubo una huelga general reclamando por las pulperÃas y otras necesidades sociales. El gerente, de apellido Mulán ordenó que se instale una ametralladora en el cerro para disparar a los trabajadores y amedrentarlos para que no saqueen las mercaderÃas de la pulperÃa. Los trabajadores mineros y el pueblo no aguantaron la actitud del gringo Mulán, a quien le arrancaron los bigotes, le montaron en un burro y le sacaron del pueblo.
En 1930, Pulacayo contaba con 5.600 trabajadores y unos 18.000 habitantes, estaba en su auge. En 1934 se produce un hecho anecdótico, se incendia la iglesia que se encontraba a lado de la casa gerencia. Dicen que fueron los gringos que administraban la empresa quienes lo hicieron cansados de la bulla, las peleas y la borrachera que habÃa en dichas puertas, esa costumbre se realizaba en dÃas de fiesta que además eran religiosas y como consecuencia se producÃa la inasistencia de los trabajadores a sus fuente de trabajo que no gustaba a los administradores de la empresa. De ahà el apelativo que les dieron a los pobladores de Pulacayo de "Santo Ruphachis".
Ese mismo año, los trabajadores mineros unidos alrededor de su federación, convocan al primer congreso extraordinario de trabajadores mineros en Pulacayo, el 8 de noviembre de 1946 se aprueba por unanimidad la tesis preparada por el sindicato de Llallagua, y que fue redactada por Guillermo Lora, en ella se afirma la capacidad revolucionaria del proletariado minero para realizar la revolución socialista, se insiste en la necesidad de armar al obrero, la ocupación de las minas, formar un Frente Ã?nico Proletario para las elecciones generales. En suma, subordina las mÃnimas reivindicaciones laborales a la lucha por el poder. Muchas de las medidas propugnadas en la Tesis de Pulacayo son utilizadas posteriormente por la Revolución Nacional de 1952, lo que no pudieron lograr fue la toma del poder total por parte de los trabajadores.
En Pulacayo como en otras minas, cuando se enteraron de la muerte de Villarroel (21 de julio de 1946) todos lloraron. Cumpliendo los postulados de la Tesis de Pulacayo decidieron marchar a la ciudad de La Paz, tomaron un carrito denominado Manila cargado de 6 cajones de dinamita más un rollo de mecha encendida que explotó en las cercanÃas de Uyuni. Fue un intento vano pero de mucha significación.
(*) Este artÃculo fue extractado del libro: "Historia de la MinerÃa en Bolivia", de Eduardo y Maricruz Quillaguamán próximo a editarse
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