Vientres de alquiler: la mercantilización del cuerpo femenino
07 may 2017
Sara Mosleh Moreno - Periodista - Twitter: @SaraaMosleh/VÃa Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
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Hasta hace muy poco tiempo, la idea de alquilar el vientre de una mujer para tener un hijo podrÃa haber sido el argumento de una pelÃcula de ciencia ficción. Sin embargo, la realidad ya supera a la ficción y los avances tecnológicos unidos a una mentalidad neoliberal, han permitido que esta nueva forma de procrear se extienda y que algunos paÃses la admitan y la regulen.
La legislación europea es mucho más estricta con este tipo de prácticas, y asÃ, en 2014, un informe del Parlamento Europeo condenó la práctica de la gestación subrogada "por atentar contra la dignidad de la mujer", al señalar que el cuerpo y la función reproductiva de las mujeres son utilizadas como mercancÃas.
A primera vista esta ley puede parecer una buena idea para acabar con el turismo reproductivo fuera de España, pero lo cierto es que admitir de forma legal la gestación subrogada -aunque sólo sea la altruista- significa abrir la puerta a un lucrativo nicho de negocio que se alimenta de la desigualdad estructural de las mujeres y de su capacidad reproductiva.
Ser padre no es un derecho, y el deseo de algunas personas de tener hijos no puede estar por encima de la dignidad del niño o de la madre.
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