Miercoles 03 de mayo de 2017
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El 6 de diciembre de 2015, después del triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias de Venezuela, Nicolás Maduro dijo que su gobierno recibía el resultado "como una bofetada para despertar hacia lo que nos toca en el futuro".
Algo parecido dijo Evo Morales el 22 de enero de 2016, después del triunfo del No en el referéndum para su repostulación en 2019: "reconocemos y aceptamos nuestra derrota".
Ahora, acorralado por la realidad, Maduro decide llamar a una constituyente "comunaria", que excluya a las "elites" y a los partidos, para definir el futuro de Venezuela. Al convocarse a la constituyente, se cierra el parlamento, aquel elegido en diciembre de 2015, el de la bofetada.
También ahora, acorralado por la realidad, sobre todo la corrupción de su gobierno y la crisis económica, Morales ajusta las cuerdas de la futura justicia que le permitirá desconocer el referéndum del 21F de 2016, el de la derrota que había aceptado, y postularse de todos modos en 2019.
En Argentina fueron los más torpes. Los socios de este grupito, que tiene un nombre pretencioso: el socialismo del siglo XXI, se dejaron ganar en las elecciones. Ahora se han propuesto derrocar el presidente electo, al que osó ganarles, y están dando batalla. Pero la corrupción salió a la luz y Cristina Fernández probablemente vaya a la cárcel.