Mientras en los niveles oficiales y especialmente en la Aduana Nacional nos ufanamos de disponer desde hace poco tiempo de una fuerza combinada de efectivos policiales del Control Operativo Aduanero (COA), personal de la misma aduana y la incorporación de efectivos de las FF.AA. para combatir el contrabando anunciando la implementación de "campamentos militares", las autoridades chilenas han concluido la construcción de un enorme complejo fronterizo a sólo 20 metros del límite con nuestro país.
Si bien la obra se erigió en medio de tensiones muy marcadas por parte de nuestro país, en función de la detención arbitraria de personal aduanero y además por la amenaza constante que representa la incursión de militares chilenos en la proximidad de la frontera, de la manera más ostentosa el Gobierno chileno libró al servicio de su sistema de control un complejo fronterizo que según se informó, significó una inversión de más de 30 millones de dólares al Estado chileno.
El complejo fronterizo chileno se emplazó en una zona inhóspita de ese territorio entre las localidades de Chungará (Chile) y Tambo Quemado (Bolivia), sector realmente conflictivo para los transportistas, pues deberán cumplir con un control aduanero del vecino país, en largas esperas y soportando los rigores de clima a una altitud mayor a los 4.500 metros sobre el nivel del mar, sin ninguna opción de hacer frente a la forma lenta y burocrática del personal aduanero chileno,
Hay un adelanto verbal del ministro de obras públicas de Chile, Alberto Undurraga al haber mencionado en ocasión de entregar el complejo fronterizo, que "este espacio también será compartido con funcionarios aduaneros, de migración y efectivos policiales de Bolivia, para mejorar el control y el trabajo en el puesto fronterizo". Al respecto no cursa ningún aviso oficial sobre tal oferta, que por la seriedad del hecho tendría que ser transmitida oficialmente a nuestro Gobierno.
En cuanto a la posición boliviana sobre la materia, la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), ratificó la instalación de siete campamentos fronterizos con grupos de "reacción inmediata" en gran parte de la extensa franja fronteriza con Chile, esos campamentos bolivianos tendrán apoyo de efectivos de las FF.AA. con lo que se mejorará el control aduanero y físicamente se cuidará el territorio nacional. En una respuesta al ministro chileno, el titular de Gobierno del país, señaló que "la lucha conjunta contra la criminalidad es una tarea internacional y cualquier iniciativa destinada a reforzar esos controles, si es recíproca es bienvenida y la impulsaremos desde nuestra jurisdicción" apuntó el ministro de Gobierno de Bolivia Carlos Romero.
Hay preocupación en materia de "sentar soberanía" por parte de los gobiernos de Bolivia y Chile, ampliando en unos casos algunas instalaciones y construyendo nuevas edificaciones para albergar a contingentes de personal, policial, aduanero y militar en su caso, apoyando además como se plantea en el caso boliviano, las actividades de desarrollo en comunidades próximas a la frontera con el país vecino.
De momento hay un problema que tensiona las relaciones entre La Paz y Santiago, es la detención de nueve ciudadanos bolivianos en una arbitraria situación, cuando cumplían su tarea de evitar el paso de camiones cargados de contrabando con destino a Bolivia procedentes de Chile. Este asunto claramente observado como rutinario en materia aduanera, debe ser solucionado en el marco de respeto a normas vigentes en el Tratado de 1904, sin mayores daños a familias bolivianas y las relaciones internacionales.
Fuente: LA PATRIA
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