Un encono personal entre el Dr. VÃctor Paz Estenssoro y el Dr. Walter Guevara Arze, le hizo al primero cometer un error de magnitudes cuando con la ayuda de su amigo Guillermo Bedregal promocionaron el Golpe de Estado del 1 de Noviembre de 1979, que no solo costó vidas y sangre al pueblo boliviano, sino el fracaso del que habÃa sido hasta un dÃa antes, el mayor logro diplomático de nuestra historia republicana.
Hoy dÃa, por cohesión polÃtica a una ideologÃa ya en caÃda libre, muchos bolivianos están a punto de promocionar un error quizás mucho más grave que aquel cometido hacen 38 años.
Fiel a su estilo, el bigotudo dignatario hablando lo más fuerte que puede, para que sus ideas vacÃas de sentido pero llenas de cacofonÃa, exalten el espÃritu patriótico de quienes todavÃa le siguen, proclamó el 26 de abril como el "dÃa de la dignidad de independencia" (SIC), muy a la moda del socialismo del siglo XXI al que le faltan fechas en el calendario para asignarles un dÃa memorable con su imperialista por delante y asà poder nombrarlos como el dÃa de la mentira, el dÃa de la refundación, el dÃa del pijcho y asà sucesivamente, a ellos cualquier cosita les sirve.
Pero por una clara razón es que esta vez me encuentro realmente preocupado y me aterroriza que para este efecto nuestro mandatario crea que le hace un gran favor a su compadre y busque la manera de salirnos de la OEA, cometiendo justamente ahora, uno de los peores errores de nuestra historia (de nuevo para variar dirÃa alguien).
Sin embargo, nuestro presidente cuenta con mi apoyo incondicional y total adscripción a la demanda marÃtima que hizo el Estado a Chile ante la Corte Internacional de Justicia respecto al enclaustramiento marÃtimo y la búsqueda de una solución concertada con nuestro difÃcil vecino.
Lo que claramente no estamos viendo son tres puntos fundamentales.
El primero es que Chile no va a ser ese demandado que con afecto va a recibir la sentencia y con gusto la va a cumplir. Mientras más favorable sea el dictamen, más intransigente se va a poner, mientras más pidamos, menos nos van a dar. La única solución a nuestro pedido, va a ser la presión mundial pero sobre todo continental para que cumpla lo que dicte la Corte y para ello la OEA serÃa el escenario principal en el cual podremos ejercer la debida coerción para que los trasandinos concilien con nosotros lo que andamos buscando.
Para el segundo, no debemos olvidar tampoco que una de las bases de nuestra demanda, en este momento es justamente la Resolución que emitió la OEA el 31 de octubre de 1979, cuyo principal dictamen era el convertir la situación bilateral existente entre Bolivia y Chile a multilateral, por la implicancia que tiene la no resolución de esta controversia en los destinos del continente.
No podemos dispararnos en el pie, y obstaculizar de manera alguna nuestras aspiraciones como paÃs, basados en algo que para nosotros especialmente no tiene ningún sentido. Finalmente la situación venezolana es algo que corresponde exclusivamente a ellos y su soberanÃa y más allá de nuestros afectos polÃticos, siempre debe estar por encima de todo y todos, los intereses nacionales y los postulados de las polÃticas de Estado.
Ruego al cielo porque nuestras autoridades, ante todo las diplomáticas que tan extraviadas han estado últimamente, sobre todo en la OEA, mediten, recapaciten y no cometamos un error del que nos arrepintamos los próximos cien años.
(*) Paceño, stronguista y liberal
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