Jueves 27 de abril de 2017
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La violencia se manifiesta en guerras de conquista, en enfrentamientos por el predominio polÃtico y económico, en las represalias y en el afán de los tiranos de eternizarse en el poder. En efecto, los autócratas, enfermos de ambición desmedida, no vacilan en emplear la violencia para defender su satrapÃa y persiguen, apresan y matan a quienes piensan diferente y se atreven a manifestar sus discrepancias. Esto sucede con la dictadura populista venezolana. Los recientes enfrentamientos callejeros en Caracas y otras ciudades de ese paÃs son provocados por los órganos de represión al servicio del gobierno chavista resuelto a eternizarse en el poder; y que, con el uso de la fuerza, pretende impedir que la gran mayorÃa de los ciudadanos venezolanos expresen la legÃtima voluntad del pueblo de recuperar las libertades democráticas. Y esto ya ha cobrado vÃctimas.
Pero esta crisis que lleva a la violencia no es solamente producto de un conflicto interno; hay en juego otros intereses no precisamente nacionales. Esto es puesto en evidencia por Miriam Celaya en el portal del medio informativo disidente de Cuba 14yMedio: Dice que "una cosa parece irrefutable: lo que se juega actualmente en Venezuela no es sólo el futuro de esa nación, sino el rumbo al que se encaminarán los próximos pasos del régimen cubano que, más allá de las adversidades de Nicolás Maduro y sus compinches, continúa siendo el dueño absoluto de los destinos de la Isla". Y añade que no "resultarÃa una sorpresa que la propia narcoélite de Miraflores y los suyos hayan pactado con los mandamases cubanos un escape hacia La Habana en caso de que les resulte imposible conservar el cetro".