Miercoles 26 de abril de 2017
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Gabriel Loza, ex presidente del Banco Central de Bolivia, decidió tocar un tema proscrito: la paridad cambiaria de la moneda nacional, que está congelada desde 2011.
Nadie puede hablar del tema si no quiere recibir todo el castigo del poder político, ser tildado de neoliberal y condenado a las mazmorras del masismo.
Cada vez que Juan Antonio Morales, también ex presidente del BCB, alude al tema, aunque sea de pasada, le llegan tal cantidad de pullas, que escarmientan a quienes estuvieren interesados en seguirle los pasos.
Pero Loza decidió escribir un libro para referirse al tema. Mucha cautela. Pies de plomo. No hay que provocar la ira de los dueños de la situación.
Loza cometió un error. Pidió a Juan Antonio Morales, el Morales odiado, que escriba el prólogo a su libro. Sólo por eso tiene garantizado un pasaje al averno masista. Nadie, por economista que sea, puede ni siquiera saludar a Juan Antonio si no quiere recibir la condena del ministro que desempeñó cargos de auxiliar segundo en el BCB cuando el odiado Morales era presidente.