Miercoles 26 de abril de 2017
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El documento lanzado por algunos políticos buscando que se cumplan los objetivos del país de superar los problemas que nos atingen y la declaración en pro de la libertad, la democracia y la justicia debería ser motivo de entendimiento entre los bolivianos. El Gobierno no debería tomar a mal lo expresado en ese documento, porque, en el fondo, preservar la unidad, las libertades, la democracia y la justicia son y deben ser siempre objetivos supremos del Gobierno. Prácticamente, se puede decir que ese manifiesto es, para todos los bolivianos y mucho más para el régimen gobernante, un pedido, un clamor, una sugerencia patriótica para encontrar caminos de unidad para los bolivianos.
Hay que comprender que no podemos ni debemos seguir por sendas de discordia, desunión y malos entendidos. Gobernantes y gobernados podríamos conciliar criterios y posiciones pero apartándonos totalmente de posiciones intransigentes, de odios y complejos, de condiciones que separan en lugar de unir. Vivir alejados de todo lo que nos hace daño debería ser prioritario para todos.
El gobierno, en todos sus campos, tiene los medios para aglutinar voluntades, criterios y pensamientos para unir a la familia boliviana. Tiene, sobre todo, el tema de nuestro retorno al mar que es factor de unidad y debe seguirlo ininterrumpidamente hasta que la Corte Internacional de Justicia de La Haya resuelva la necesidad de que Chile está obligado a dialogar con Bolivia.