Martes 25 de abril de 2017
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Editorial y opiniones
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Sr. Alcalde de la Paz y Santa Cruz: ¡Un teatro lírico!
25 abr 2017
Franklin E. Alcaraz Del C.1
Es fácil hablar de política en nuestro país (miren los que gobiernan ahora). Debe ser lo más fácil, entre otros temas. ¿Saben de qué es difícil hablar? de cultura. Así que hoy, me voy a dirigir directamente a los dos alcaldes de las ciudades más importantes del país. La Paz y Santa Cruz. A los señores Luis Revilla y Percy Fernández. No sé si van a seguir siendo autoridades edilicias en el futuro, pero hay una obra por la que les van a agradecer todas, pero todas las generaciones por venir. Un teatro lírico. Y que sea un teatro lírico en La Paz y otro en Santa Cruz. El uno mejor que el otro, pero ambos mejor que el teatro Colón de Buenos Aires, que el teatro Municipal de Santiago, que el Gran Teatro de La Habana, que el teatro Solís de Montevideo o mejor que la ?pera de Viena, el Minskoff de Nueva York o el Bolshoi de Moscú ¿por qué no?
¿Que un teatro no es prioridad? O ¿que hay otras prioridades? Claro que sí. Pero esta, siendo una prioridad mayúscula, es una que no se atiende nunca. Tenemos en La Paz el teatro Municipal "Alberto Saavedra Pérez" y el teatro "René Moreno" en Santa Cruz, que cumplieron, cumplen y seguirán cumpliendo su meritorio rol como templos de la cultura boliviana, pero que hace rato que ya son insuficientes y quedaron como tímidos intentos de alcanzar la dimensión de ambas ciudades.
Somos un país diverso, con estrellas de diferente color y tamaño, que necesitan un lugar donde lucir el esplendor que se merecen. Y si algo necesita nuestro país, es educación y cultura. El teatro es pues una necesidad insoslayable. El gobierno, por lo menos el actual, teniendo los recursos, no va a invertir en un teatro lírico. Ya sabemos cuáles son sus prioridades. La empresa privada tampoco, con las muchas trabas que ahora tiene, piensa más en subsistir que en expandirse. La cultura, con seguridad, no está en sus planes. En cambio, las municipalidades, fuera de atender una necesidad esencial, dejarán el nombre de su gestión en las generaciones por venir, porque un teatro lírico, es el monumento a la cultura por antonomasia.