Lunes 24 de abril de 2017
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En la actualidad, 663 millones de personas no tienen acceso suficiente a agua potable segura para satisfacer sus necesidades básicas, cocinar y limpiar, y el cambio climático es parte importante del problema. La COP 21 sirvió no sólo para que los paÃses acordasen un plan de mejora, sino también para recordar a la sociedad en general, y a empresas e instituciones en particular, el agravio que suponen para el medio ambiente y para las personas las consecuencias de una mala gestión de los recursos.
Una situación que afecta a los paÃses más desfavorecidos de forma especialmente aguda, si bien los paÃses desarrollados también padecen sus efectos. Recordemos la importante sequÃa que sufrimos en España en 2008. Además, se prevé que, para 2025, la extracción del agua aumente un 50% en los paÃses en desarrollo y un 18% en los paÃses desarrollados, lo que acentuará el estrés hÃdrico al que está sometido el planeta.
No podemos permanecer indiferentes. Tenemos que tomar conciencia de ello para evitar que suponga un empeoramiento de las condiciones de vida de las personas y un retroceso para el medio ambiente. Si empresas, Gobiernos y ciudadanos en general aunamos nuestros esfuerzos y los dirigimos hacia una cultura del agua más justa y hacia un desarrollo sostenible, podremos evitar situaciones crÃticas.