Misiles de Corea a EE.UU.

Es impresionante lo que en materia de armamentismo se observa en el tiempo actual, bombas mortíferas, gases letales, ataques de alto poder destructivo, mortandad al por mayor, secuela de víctimas, orfandad irreparable y millones de daños, todo como resultado de ataques "de prueba", sin que se declare una guerra, que Dios quiera no suceda.

El hecho es que se producen ciertas acciones belicosas que en los pasados días han involucrado a los más altos jefes de potencias mundiales, abriendo un paréntesis demostrativo de cierto poderío que, como es natural, sólo implica una muestra de lo que realmente se puede disponer en cualquier tipo de contienda bélica, lamentablemente así comienzan los conflictos bélicos, si antes no se logran acuerdos diplomáticos de mutuo respeto.

Lo que ha sucedido en los pasados días es una mínima demostración de poderío entre las potencias, pero dejando traslucir inquietantes actitudes hostiles de un poder particular en cada caso, mostrando implícitamente las opciones de manejar un armamento moderno y letal.

Advertencias y amenazas intencionadas y luego excusas disimuladas, pero que dejan una gran duda sobre un futuro incierto si no se definen las estrategias reales de un entendimiento de alta diplomacia política que en este tiempo no puede ni debe definirse por la vía armamentista.

Pero las decisiones imprudentes de un mandatario "mundial" pueden exacerbar el ánimo de sus colegas potenciales y entonces surgen las demostraciones de fuerza que no son otra cosa que claras advertencias para medir fuerzas antes del desastre, por supuesto en función a la cautela de gobernantes que trabajan con tino y experiencia, evitando una conflagración, cuyos resultados serían en este tiempo un desastre para la humanidad.

Está claro que el mundo confía en la sagacidad y experiencia de los líderes mundiales, en la crisis que se abrió por las bombas que ya se lanzaron y despertaron suspicacias y temores, pero al mismo tiempo un implícito rechazo en gran parte de la comunidad mundial, harta de guerras e intolerancia entre las naciones que - lamentablemente - tienen el poder de atacar, pero menos mal que también pueden disuadir a los "jefes belicosos" que ponen en riesgo la seguridad de nuestro mundo.

Parece que hubo malos cálculos en materia del alcance de las armas nucleares, tanto así que mister Trump, no esperaba que Corea del Norte pueda disparar un misil que atravesando miles de kilómetros impacte en el país del norte y que este a su vez pueda hacer lo mismo, aunque el hecho no fue revelado pero que a la hora de la verdad todo dependerá del dedo que presione primero un botón rojo.

Así está la humanidad, increíblemente pendiente del buen genio y criterio de los gobernantes que dominan la compleja política exterior y cuyas actitudes pueden derivar en graves daños para la humanidad. Todos están pendientes de la capacidad disuasiva de algunos líderes, frente a la inexperiencia y soberbia de otros. Así está el mundo, millones de personas contemplando a menos de media docena de líderes, dueños de propiedades, haciendas y vidas.

Fuente: LA PATRIA