Es urgente saber que el yo es un conjunto de energ铆as ps铆quicas, catexis sueltas, que se reproducen en los bajos fondos animales del hombre. Cada catexis suelta es un peque帽o yo que goza de cierta autoindependencia.
Estos yoes, estas catexis sueltas, luchan entre s铆. Debo leer un peri贸dico, dice el yo intelectual. Ir茅 a dar un paseo en bicicleta, contradice el yo motriz. Tengo hambre, declara el yo de la digesti贸n. Tengo fr铆o, dice el yo del metabolismo. No me lo impedir谩n, exclama el yo pasional en defensa de cualquiera de estas catexis sueltas.
Total, el yo es legi贸n de catexis sueltas. Estas ya fueron estudiadas por Franz Hartmann. Viven dentro de los bajos fondos animales del hombre; comen, duermen, se reproducen y viven a expensas de nuestros principios vitales o catexis libre -energ铆a cin茅tica, muscular y nerviosa-. Cada uno de los egos, que en su conjunto constituyen la catexis suelta, el yo, se proyecta en los distintos niveles de la mente y viaja ansiando la satisfacci贸n de sus deseos. El yo, el ego, la catexis suelta, no se puede perfeccionar jam谩s.
El hombre es la ciudad de las nueve puertas... Dentro de esta ciudad viven muchos ciudadanos que ni siquiera se conocen entre s铆. Cada uno de estos ciudadanos, cada uno de estos peque帽os yoes tiene sus proyectos y su propia mente; esos son los mercaderes que Jes煤s tuvo que arrojar del Templo con el l谩tigo de la voluntad. Esos mercaderes deben ser muertos.
Ahora nos explicaremos el porqu茅 de tantas contradicciones internas en el individuo. Mientras exista la catexis suelta no puede haber paz. Los yoes son la causa causorum de todas las internas contradicciones. El yo que jura fidelidad a la Gnosis es desplazado por otro que la odia. Total, el hombre es un ser irresponsable que no tiene un centro permanente de gravedad. 隆El hombre es un ser no logrado!
El hombre todav铆a no es hombre, es tan solo un animal intelectual. Es un error muy grande llamar "alma" a la legi贸n del yo. En realidad de verdad, el hombre tiene dentro de su Esencia el material ps铆quico, el material para el alma, pero todav铆a no tiene alma.
Los Evangelios dicen: 驴De qu茅 te sirve ganar el mundo si vas a perder el alma? Jes煤s dijo a Nicodemus que era preciso nacer de agua y esp铆ritu para gozar de los atributos que corresponden a un alma de verdad. Es imposible fabricar alma si no pasamos por la Muerte M铆stica.
S贸lo muriendo el yo podemos establecer un centro permanente de conciencia dentro de nuestra propia Esencia interior. Dicho centro es eso que se llama alma. S贸lo un hombre con alma puede tener verdadera continuidad de prop贸sito. S贸lo en un hombre con alma no existen las internas contradicciones y hay verdadera paz interior.
El yo gasta torpemente el material ps铆quico, catexis, en explosiones de ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc. Es l贸gico que mientras el material ps铆quico, catexis, no se acumule, el alma no puede ser fabricada. Para fabricar algo se necesita la materia prima, sin la materia prima nada puede ser fabricado porque de nada, nada sale.
Cuando el yo comienza a morir, la materia prima comienza a ser acumulada. Cuando la materia prima comienza a acumularse, se inicia el establecimiento de un centro de conciencia permanente. Cuando el yo ha muerto absolutamente, el centro de conciencia permanente ha quedado totalmente establecido.
El capital de materia ps铆quica se acumula cuando el ego muere ya que el gastador de energ铆a es eliminado. As铆 se establece el centro permanente de conciencia. Dicho centro maravilloso es el alma.
S贸lo puede ser fiel a la Gnosis, s贸lo puede tener continuidad de prop贸sitos, quien ha establecido dentro de s铆 el centro permanente de conciencia. Quienes no posean dicho centro pueden estar hoy en la Gnosis y ma帽ana contra ella, hoy con una escuela, ma帽ana con otra. Esta clase de personas no tienen existencia real.
La Muerte M铆stica es un 谩rea ardua y dif铆cil de la Revoluci贸n de la Dial茅ctica.
La catexis suelta se disuelve a base de rigurosa comprensi贸n. La convivencia con el pr贸jimo, el trato con las gentes, es el espejo donde podemos vernos de cuerpo entero. En el trato con las gentes, nuestros defectos escondidos saltan fuera, afloran, y si estamos vigilantes, entonces los vemos.
Todo defecto debe ser primeramente analizado intelectualmente y despu茅s estudiado con la meditaci贸n.
Muchos individuos alcanzaron la perfecta castidad y la absoluta santidad en el mundo f铆sico, pero resultaron grandes fornicarios y espantosos pecadores cuando fueron sometidos a prueba en los mundos superiores. Ellos hab铆an acabado con sus defectos en el mundo f铆sico, pero en otros niveles de la mente continuaban con sus catexis sueltas.
Cuando un defecto es totalmente comprendido en todos los niveles de la mente, se desintegra su correspondiente catexis suelta, es decir, muere un peque帽o yo.
Es urgente morir de instante en instante. Con la muerte del yo nace el alma. Necesitamos la muerte del yo pluralizado en forma total para que se exprese en plenitud la catexis ligada, el Ser.
Fuente: vopus.com
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