Jueves 20 de abril de 2017
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TodavÃa se debate sobre la palabra debate.
Se dice que viene del verbo latino "battuo" o "battuere" que significa "golpear" y, por extensión, "pugnar", "combatir" y "pelear" asà que su significado original era de confrontación.
La confrontación era fÃsica asà que los contrincantes se ponÃan frente a frente y se golpeaban, pugnaban, combatÃan o peleaban.
Con el paso del tiempo, la confrontación fÃsica adquirió otras connotaciones y se definió de maneras tan diversas como "luctor" (luchar, pelear), "pugnare" (batallar, combatir) o "bellare" (guerrear).
El "battuo" o "battuere" se utilizó para confrontaciones verbales pero en un tono diametralmente opuesto al diálogo o "dialogus" que sà era una discusión pero con el propósito de llegar a un acuerdo.
Aún hoy, el Diccionario de la Real Academia Española define al diálogo como "discusión o trato en busca de avenencia" mientras que el debate es definido simplemente como "controversia" que, a su vez, significa "discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas".
Ahà está, entonces, la más grande entre las muchas diferencias entre diálogo y debate: aquel busca avenencia; es decir, convenio, transacción, conformidad, unión� en definitiva, busca soluciones mientras que este, el debate, solamente confronta.
Por tanto, un debate no puede invitarse ya que una invitación conlleva un acto de cortesÃa. Si se pretende que alguien participe en un debate hay que desafiarlo, no invitarlo, y, aunque no hay confrontación fÃsica de por medio, es, nomás, un acto de bravuconerÃa.