Lloqo, corazón que conserva su pasado

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Recorriendo nuestro inmenso y sorprendente altiplano, encontramos un lugar imbuido de mística que, a más de un visitante, su historia puede sorprender en pleno aprecio de su entorno: la comunidad se asienta sobre una gran montaña de historia peculiar.

El camino que lleva a Lloqo, del Municipio de Santiago de Andamarca de la Provincia Sur Carangas, forma parte del circuito interlacustre del Poopó pasando por Copacabanita, Rosapata, Laca Laca, Santiago de Andamarca y Avaroa, antes de llegar a Orinoca y empalmar a Pampa Aullagas, Santiago de Huari y Challapata.

Hace algunos años, la comunidad tuvo problemas de límites, acudiendo a algunos profesionales en las leyes que en lugar de orientar se aprovecharon, en su afán de reivindicar sus derechos encontraron un abogado meritorio que logró consolidar su derecho; sin embargo, al mismo tiempo de sus tareas legales recomendó la preservación del patrimonio, que en el altiplano es abundante, en un Museo cuyo depositario fuera toda la comunidad.

Los años pasaron, y las familias de Lloqo atendieron la recomendación, motivando a la inauguración de un museo que lleva el nombre de “Josermo Murillo Vacareza” en un ambiente levantado por la propia comunidad contiguo al corregimiento en el año de 2003. La gratitud de esta comunidad que entendió la importancia de la recomendación, se plasma en este museo que guarda objetos de valor histórico, asumiendo el compromiso de mejorarlo con el apoyo del Municipio y las instancias estatales, siendo el único museo en la región, envidiable ante la actual escasez de conciencia de preservación.

La misma comunidad es un atractivo, su reducido tamaño marcado en su interior por estrechas calles por donde sólo caminan las personas y el corazón en el cerro son parte de un atractivo peculiar. El subir a la cúspide nos invita a rememorar la inmensidad del altiplano y el Lago Poopó que en la actualidad sus límites fueron bajando hasta secarse por completo en algunos sectores.

El visitante que pretenda concurrir, sólo debe acudir a las autoridades, por cierto, muy amables, para conocer la comunidad y visitar el museo que conserva la memoria histórica y su patrimonio, envidiable en otras regiones que fueron despojados de sus bienes más preciados.

Sus habitantes como ostentación de su nombre, esperan de “corazón” a quienes aspiren conocer su pasado para dejar de ser una comunidad de paso y convertirse en uno de los importantes depositarios de los Rincones de Mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA