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Sábado 15 de abril de 2017

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Revista Tu Espacio

PORTAL DE LA SABIDURÍA

Meditando sobre la fe Consciente

15 abr 2017

Fuente: samaelgnosis.com

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El hombre que no tiene fe fracasa de hecho, la fe es un poder solar. Es decir, no nos referimos a la fe aquella del carbonero; hablamos de la fe consciente, por ejemplo, creo que para todos simplemente dos más dos son cuatro. Si hago la suma eso resulta, eso se llama fe consciente, la fe del carbonero no es así.

Las personas llenas de dudas que se meten al ocultismo práctico, fracasan totalmente. Quien duda de nuestras enseñanzas no está preparado para la Senda del filo de la Navaja. Así es mejor que se afilien a cualquier religión y le pidan a la Gran Realidad, el poder solar de la fe consciente. Cuando hayan logrado la fe consciente, entonces ya están preparados para entrar en este camino angosto, estrecho y difícil. Quien duda del ocultismo no debe recorrer este difícil camino hasta no haya recibido el poder de la fe consciente. El ocultista que duda, puede volverse loco. La fe es un poder solar maravilloso.

¿La fe se puede convertir en un hábito?, indubitablemente, la fe no es algo que pueda convertirse en hábito, ¡no! Nuestros hábitos (que al fin y al cabo tenemos que estudiar) pertenecen al Centro Motor o Centro del Movimiento.

Por lo común son, mecanicistas en un ciento por ciento, Si uno quiere hacerse consciente de las actividades del Centro Motor, debe estudiar sus hábitos. Y es necesario estudiarlos para conocerlos mejor, porque tenemos muchos hábitos que nosotros mismos no los conocemos.

Así pues, como quiera que los hábitos forman parte, sencillamente, del Centro Motor, de las costumbres establecidas, de los prejuicios, del medio ambiente en que nos hemos levantado, en modo alguno podría la fe, que es algo objetivo, convertirse en algo meramente subjetivo.

Así pues, ante todo, la fe no puede convertirse en hábito jamás. Segundo, no es posible que la fe se torne mecanicista, automática, porque si la fe consciente se vuelve automática, ya no es consciente; sería ciega como la del carbonero (subjetiva), pero no la auténtica que es la que buscamos, que es la que deseamos, que es la que queremos...

Para poder llegar a tener la fe consciente, se necesita estar alertas, como el vigía en época de guerra, no caer jamás en el mecanicismo de la existencia, en el hábito, en la costumbre, en lo atávico.

La Fe Consciente únicamente se puede elaborar o fabricar a base de estudio y experiencia directa. De allí deviene la comprensión que nos da el logos, y como resultado último la fe, que es obvio que tiene sus raíces en el logos.

Así, pues, la fe consciente se desenvuelve de instante en instante, de momento en momento.

Podría suceder que tú estuvieses cargado de fe y sin embargo dudaras de que una molécula de cobre (en los átomos, por ejemplo) tengan un centro de gravitación muy especial; que tal molécula sirva, dijéramos, como centro de gravedad para que allí las Fuerzas Cósmicas evolucionen e involucionen.

Podrías tú decir: "Está buena la teoría pero a mí no me consta"..., y sin embargo, estar irradiando fe, pero en ese detalle no tenerla en un momento dado. Entonces necesitarías tú estudiar la constitución de esa molécula de cobre, pero estudiarla detenidamente, desde el punto de vista físico y, luego, estudiarla a través de la Meditación: acostado en tu cama, con el cuerpo relajado, imaginar a la molécula vivamente, "queriendo verla", es decir, unir la Imaginación (que es femenina) con la Voluntad (que es masculina), tratando de descubrir la vida de esa molécula.

En un momento dado, con la Inspiración, el día menos pensado, llegas a ver cómo las Fuerzas Cósmicas gravitan en esa molécula, evolucionando e involucionando. Resultado: que aumentaría tu fe, tendrías una nueva fe consciente en algo que tú no habías tenido, aunque tuvieras fe en muchísimas otras cosas.

Entonces, asoma otra faceta de la fe. Y si pensamos que el conocimiento es infinito, que la sabiduría cósmica no tiene límites ni orillas, entonces tenemos que pensar que la fe también se va desenvolviendo en forma infinita (eso es obvio) y de instante en instante, y de momento en momento, y que jamás se puede volver mecanicista, automática, o formar parte de nuestros hábitos y costumbres, etc.

Fuente: samaelgnosis.com
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