Este domingo vivimos la Pascua de Resurrección, un hecho especial como parte final y feliz de la Semana Santa o de la VÃa Crucis que recorrió el Hijo d Dios, para terminar crucificado y en ese valeroso acto, limpiar los pecados de la humanidad. Se trata del Domingo de Pascua, por lo que impone la meditación sobre el misterio principal de nuestra fe cristiana.
"Si Cristo no hubiera resucitado vana serÃa nuestra fe", (se trata de una cita de Pablo a Corintios 15-14). Esa mención de Pablo proclama inmediatamente el hecho de que "Cristo sà ha resucitado" y justamente en consecuencia nuestra fe es más firme, asentándose en la futura resurrección si somos fieles y vivimos o morimos en gracia de Dios. La certidumbre que rescata la humanidad tiene que ver con la creencia de entonces, del presente y el futuro al afirmar de la manera más sencilla que "todo es cuestión de fe", recibiendo y dando, esperando y avanzando, con la seguridad que nos permite saber que estamos al amparo de las bendiciones de Jesús resucitado.
Este es otro domingo especial en la liturgia cristiana, recordando uno de los hechos más trascendentales en la historia de la humanidad, todo un proceso de sufrimiento del Hijo de Dios, soportando inimaginables suplicios y sobrellenado el dolor causado por captores, no creyentes que se burlaban de la existencia de un Ser Supremo, hasta el momento mismo de la muerte de Jesús en la cruz. Un instante en que se oscurece el cielo, tiembla la tierra y muere el Redentor.
A no dudarlo, la Resurrección, es la piedra fundamental de la fe cristiana, y la renovación de la misma se produce en este tiempo de reflexión que comienza en la Cuaresma y se mantiene viva hasta este Domingo de Pascua, que es el final feliz de saber que el milagro de Dios se reitera con el compromiso de los creyentes y la tarea de los sacerdotes que cumplen la responsabilidad de trabajar como pastores para guiar a la grey católica, robustecida en su compromiso de vivir sirviendo con humildad en los propósitos de hacer defensa de la justicia, luchar por la equidad y propugnar siempre el amor entre seres que conviven al amparo de la Ley Divina.
Los hechos nos muestran que en el último tiempo se han transgredido las Leyes de Dios, hay quienes impulsan la práctica de la violencia y con ella marcan dÃas de angustia, de injusticia de odio y soberbia. Este tiempo de Semana Santa y llegar al Domingo de Pascua, es parte del mensaje de renovación de la fe, para contrarrestar el desvÃo de unos pocos y devolverlos a la práctica de acciones que eviten enfrentamientos y que más bien se profundice con fe, la búsqueda de paz en la Tierra, siendo caritativos y tolerantes, inclusive con los enemigos. Feliz Pascua de Resurrección.
Fuente: LA PATRIA
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