El tema de la coca y su uso legal es algo que no se aclara de manera concluyente porque surge una serie de factores que distorsionan la relación de ciertos planes para su industrialización, mientras hay otros más severos para su erradicación forzosa, en tanto existen alternativas reclamadas por mucha gente que sólo la mastica y da fe de su valor nutritivo y medicinal. ¿Entonces a quién creer?
Por una parte hay discrepancias entre los productores, los del trópico aseguran que con menos cultivos producen la misma cantidad de coca que en los Yungas, por lo que tomando en cuenta la productividad de cada región, se establece que en el Chapare se produce el doble de coca que en la zona yungueña de La Paz, situación que se confirmará en adelante con los resultados de rendimiento que tienen respaldo en una norma que aplicarán los productores.
En función a ese hecho, lo que se sabe y lo han repetido productores y comercializadores de la hoja de coca, es que la preferencia de quienes la usan para acullico, compran la coca paceña, incluso la buscan en el mercado común de Cochabamba, por lo tanto similar producción del trópico, tiene otros destinos entre los ilegales y vía formal, una incipiente transformación de la hoja en ciertos medicamentos caseros, semi industrializados y sin mercado seguro, por falta de conocimiento de la población sobre su existencia y sus utilidades benéficas.
Cuánta coca se mueve legalmente en los mercados nacionales? Es una pregunta que se hacen autoridades y los propios productores, pues se reconoce que desde el año 2012, más de cuatro años, el país no tiene un estudio sobre la demanda real de la hoja, particularmente para fines tradicionales. Esto merece de manera urgente una actualización, para hablar con propiedad sobre las cantidades reales de producción de coca y el uso que se le da en consumo tradicional y lo que se debe destinar a una industria en formación.
Según el último estudio del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas ( Conaltid), apoyado por la Unión Europea, la demanda el 2012 fue de 20.690 toneladas de coca, de las cuales 19.200 eran para el consumo interno y el resto poco menos de 1.500 toneladas para la exportación. Ahora con la nueva ley desde el pasado 6 de marzo se establece un total de 22.000 hectáreas de cocales de cuya cosecha, según el ministro de desarrollo rural se obtendrán 30 mil toneladas de coca, 25 mil para el consumo tradicional y 5 mil para la industrialización.
Con ese detalle de producción de coca y distribución de la cosecha para el uso tradicional y una incierta industrialización, queda demostrado que el mayor porcentaje, no necesita pasar por la industrialización, pues su uso es directo, por una parte en rituales y la mayor parte en el acullico, atribuido a varios sectores de trabajadores, mineros, de la construcción, de obras variadas, del transporte e incluso en familias, como parte de la sobremesa.
Surge la duda sobre una industrialización de la coca, en qué rubros, medicinal, gaseosas, energizante, productos para culinaria o repostería, algunos de aseo personal y otros que seguramente podrían ser requeridos, si su promoción fuera tan convincente para su utilización. Sabemos que la Coca Cola utiliza coca en su fórmula (secreta), pero no se sabe de dónde y en qué cantidad la compran. Hay necesidad de establecer una verdadera política para industrializar la coca.
Fuente: LA PATRIA
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